Carlos Arnillas Denegri

¿PPK desalineado con los peruanos?

¿PPK desalineado con los peruanos?
Carlos Arnillas Denegri
15 de diciembre del 2016

No ha cumplido con sus promesas sobre seguridad y salud

Han pasado casi cinco meses de gobierno de PPK sin que su gestión logre, hasta la fecha, dar señales efectivas con respecto a los principales problemas que aquejan todos los días a los más de 30 millones de peruanos. Esto se refleja en la caída sostenida en el nivel de aprobación presidencial, pues llega a diciembre con un 53% de aceptación. ¿Está desconectado PPK de la mayoría de los peruanos?

Al parecer sí lo está, y se evidencia en la magra respuesta de su gestión a la inseguridad ciudadana, principal problema que aqueja a todos los peruanos. Durante el último proceso electoral habló de claras y eficaces estrategias para solucionar este serio problema, sin embargo día a día vemos que la delincuencia va ganando terreno, pese al denodado esfuerzo de las fuerzas del orden. Mientras el ministro Basombrío está perdido en su laberinto, quizás por el hecho de haber dado de baja al 50% de los generales de la PNP en tan solo dos meses de gestión, y a más de 800 oficiales mes y medio después, afectando tremendamente la operatividad de la institución policial.

Esto es cierto. El ministro Basombrío entró con la pierna en alto, iniciando una reingeniería en la Policía Nacional sin conocer a detalle lo complejo de la situación. Y hoy, pese al gran esfuerzo que despliegan los efectivos policiales, vemos que no es suficiente y que retornan delitos como el robo a entidades bancarias, que casi habían desaparecido del Perú. La estrategia no funciona y, lo que es peor aún, el ministro no logra conectarse con la población.

El problema es muy serio y requiere para su solución un trabajo en equipo entre las fuerzas policiales, el Poder Judicial y el Ministerio Público, así como con la población organizada. Esto se logró en la década de los noventas, cuando el Perú fue el único país en derrotar eficazmente a la subversión. Pero al parecer tanto es el odio y el resentimiento que hoy existe entre algunos miembros del Ejecutivo con otros del Congreso, que les impide ponerse de acuerdo para abordar en conjunto temas cruciales que brinden tranquilidad a la población.

Otro gran problema de la mayoría de los peruanos son los servicios de salud, en los que día a día gran número de usuarios, mayoritariamente ancianos y niños, sufren maltratos y vejaciones para poder atenderse de sus males a través del Seguro Integral de Salud (SIS). Al maltrato que reciben del personal médico y los servicios responsables, se suman los serios problemas en infraestructura y equipamiento, así como la escasez de medicamentos. Sin embargo vemos por los medios de comunicación que estos medicamentos se expenden en galerías comerciales a vista y paciencia de las autoridades, debido a la gran corrupción existente. Esto se suma al escándalo del SIS producido por el Dr. Carlos Moreno, principal asesor presidencial en temas de salud.

Pese a lo antes descrito, la población no ve ninguna reacción de parte de la ministra de Salud, Patricia García, para solucionar esta problemática. Sin embargo, la ministra se da el lujo de abrir un frente de lucha innecesario con la Iglesia, por la promoción de la píldora del día siguiente. Si bien este es un tema importante, no es prioritario para la mayoría de la población, que se muere en los hospitales del Perú por la mala atención recibida y, lo que es peor aún, no tienen con quien quejarse.

El sector defensa, que normalmente no genera mayor controversia, se ha visto envuelto en un conflicto de intereses por un ministro enamorado, problema que se ha incrementado con el nombramiento de un ministro de corte izquierdista que ha conformado la Comisión de la Verdad,  lo que lo aleja de una Fuerza Armada que ha sido injustamente maltratada por esta comisión. Muchos militares aún se encuentran envueltos en interminables procesos en el Poder Judicial, sin que nadie haga algo por ellos. A esto habría que agregarle los casos de corrupción en la compra de armamento durante el gobierno de Ollanta Humala, que habría comprometido seriamente al presupuesto de adquisiciones hasta el 2021. Y también la innecesaria pechada que ha realizado el mismo PPK al Congreso de la República, en defensa de los supuestos ilícitos realizados por el ministro Saavedra en su gestión en la cartera de Educación durante el anterior gobierno.

Para finalizar, es importante mencionar la problemática social generada en los últimos tiempos por los grupos antimineros que vienen desarrollando su accionar en el norte y sur del país, sin que el gobierno despliegue una estrategia eficaz. Al respecto, cabe mencionar el último psicosocial desarrollado en el cono este de Lima, en Huaycán, que nos debe preocupar mucho, ya que la inversión privada es clave para la reactivación económica del país. Esa película ya la vivimos y esperamos que nunca más se vuelva a presentar.

Ante esta complicada coyuntura política, necesitamos a un PPK que se comporte como lo que es, el presidente de todos los peruanos. Y que ejerza como tal el poder que le hemos delegado, en forma justa y prudente, concentrándose en tender los puentes que correspondan para lograr consensos y acuerdos con las diferentes tiendas políticas. Esto es algo fundamental para lograr la unión de todos los peruanos, y con ello realizar los profundos y complejos cambios a los que el presidente se comprometió durante la última campaña. Solo así llegaremos a nuestro Bicentenario como un país desarrollado y más justo, pero sobre todo con mayor seguridad.      

 

Por Carlos Arnillas Denegri

 
Carlos Arnillas Denegri
15 de diciembre del 2016

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