¿PPK comprometido con los caviares?

Proteger a las personas honestas, no a los delincuentes

Pareciera que Pedro Pablo Kuczynski se siente comprometido (la pregunta es con quién y por qué) a mantener a los llamados “caviares” en el gabinete y en otras posiciones del equipo de gobierno, y la consabida incapacidad de estos para gobernar le está pasando la factura. En el sector Interior, por ejemplo, la presencia de los siempre ociosos caviares, unida a la permanencia de muchos funcionarios y asesores heredados del núcleo humalista, no solo está dando el pésimo resultado que todos apreciamos, sino que hay evidencias alarmantes de la insistencia en la disparatada óptica de Nadine.

En las postrimerías del quinquenio pasado, el Congreso promulgó una Ley de Armas bastante mejor que la criatura humalista, en revancha el Ejecutivo de entonces demoró adrede su reglamentación, imprescindible para su vigencia, por disposición de la propia Ley. Iniciado este gobierno, representantes de los distintos sectores empresariales y ciudadanos cumplidores de la ley, regulados por la legislación, fuimos ilusamente a sucesivas reuniones de trabajo en Sucamec y el Mininter para solucionar los problemas que subsistían por la reglamentación. Nos dieron el trato de abuelitas (nos mecieron) y hoy están por llevar al Consejo de Ministros una versión empeorada de los defectos del reglamento parido por los incubo del Nadinato, anidados en cama de huevos de esturión.

Incapaces de actuar con eficacia contra la delincuencia, aprietan irracionalmente a los usuarios formales para, imaginó, luego anunciarlo con pompa, como acostumbra hacer desde el balcón (o debiera decir desde el jardín, recordando la célebre actuación de Peter Sellers). Espero que, a pesar de la caviarada reinante, en el Consejo de Ministros prime la sensatez y manden a estos niños del país de Nunca Jamás a enmendar la plana.

En la sección de sanciones, subiste la intención de aplicar una fórmula esotérica con sanciones draconianas de hasta 50 UIT a las faltas leves, destinada a quebrar la economía de los ciudadanos decentes y las empresas de seguridad formales. Seamos claros ¡al delincuente armado no lo detectan hasta que mata a alguien!

El Ministerio del Interior sigue sin entender la razón de su existencia —cuidar a las personas honestas del actuar de los deshonestos, no el bienestar de los delincuentes— y en su desesperación por mostrar mediáticamente que algo hacen no deben, en el más fiel estilo SUNAT, ajustar a quienes quieren respetar la ley. Ya sabemos lo que pasa en el Perú cuando la miopía zurda insiste en eso: la informalidad se desbanda y roza la ilegalidad.

Carece de sentido racional exigir el porte con funda, equivale a legislar sobre el color del calzoncillo; peor aún es proponer limitar el porte legal de armas en espacio públicos hasta hacerlo inviable. Aunque Basombrío crea lo contrario en su infinita ingenuidad, a nadie han asaltado, violado o atacado en el inodoro de su propia casa, único lugar en que podría el usuario legal portar su arma, según la propuesta que se discutirá esta semana en el Consejo de Ministros.

Desde el despreciable velascato, los peruanos conocemos la práctica socialista de prohibir lo que no entiende o dificultar en extremo lo que es demasiado difícil de entender para sus neuronas en reposo. ¡Basta ya! El Perú votó mayoritariamente contra ellos. Presidente, respete el voto popular y sáquelos del gobierno, antes que sea usted la última víctima.

Dardo López-Dolz