¿Por qué tan caro los colegios?

Dos causas del problema y tres medidas para solucionarlo

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en lo que va del presente siglo, los precios de los colegios y universidades privadas crecieron 88% ¿Por qué tanto? “Es que todo ha subido” diría el propietario de algún colegio. Y razón no le falta, pues la inflación global en este periodo fue más de 50%. Es decir, todos los precios de los bienes y servicios tuvieron un alza notable.

Reparemos: si la inflación es un fenómeno monetario y la política monetaria es administrada por el gobierno, entonces, uno de los causantes de la subida general de precios —incluida la educación— ha sido el mismo gobierno, quien por expandir la economía, ha terminado depreciando la moneda. Pero aun así, queda por explicar a qué se debe el incremento superlativo; es decir, por qué las pensiones subieron más que el resto de bienes (88% sobre 50%).

Si la economía fuera libre —es decir, sin mayor interferencia gubernamental—, la apreciación de las pensiones obedecería expresamente al reconocimiento de que su aporte a la vida de las personas está siendo cada vez más importante. Y por tal motivo, la gente está dispuesta a pagar mucho más que antes por dicho servicio. Sin embargo, como no hay economía libre (y el aumento generalizado de precios así lo demuestra), cabe la sospecha de que gran parte del aumento particular de las pensiones escolares obedezca a regulaciones específicas que afectan a dicho sector e impiden su adecuado funcionamiento. En efecto, entre ellas podemos identificar a dos:

Primero: siempre es un buen negocio ofrecer servicios cuya compra es obligatoria. Según el artículo 17º de la Constitución, la educación básica es obligatoria. ¿Quiénes ostentan el monopolio de dicha formación? Los colegios. Todo esto como si la educación básica se pudieran lograr únicamente a través del sistema escolar. Es así como se conforman mercados cautivos que podrían estar sobrevalorados.

Segundo: barreras al ingreso de nuevos competidores. Los precios son un mecanismo de información que comunica a la gente la aparición de oportunidades, incentivando el ingreso de nuevos competidores cuando los beneficios aumentan. La mayor oferta contribuye a reducir los precios. Sin embargo, si el eventual ingreso es restringido por la ley (abrir colegios resulta demasiado oneroso), la oferta crecerá por debajo de la demanda. Y así los únicos ganadores serán los competidores ya instalados que moverán los precios a su antojo.

Flexibilizar las leyes que afectan el funcionamiento del mercado podría ayudar al objetivo de reducir las pensiones. Y en ese sentido, sería provechoso tomar las siguientes tres medidas:

1. Permitir a las universidades e institutos superiores, recibir a adolescentes calificados, independientemente del sistema empleado para instruirse. Mucha gente se educa en casa con los padres o simplemente de forma autodidacta a través de la Internet. Los colegios no tienen el monopolio de la instrucción.

2. Reducir las restricciones legales a la creación de colegios. Por el contrario, el gobierno debe promover la creación de colegios privados incluso en esferas poco tradicionales como las mismas empresas donde los padres laboran. Las empresas grandes pueden crear colegios para sus empleados, lo que ayudaría incluso a fortalecer los vínculos familiares.

3. Promover la inversión privada en la esfera de la escuela pública. Esta inversión ayudaría a expandir la oferta y mejorar la calidad de las escuelas (mayor competencia), reduciendo así las pensiones que en los últimos años subieron más de 80%. Las evidencias en el resto de sectores de la economía han mostrado cómo la inversión privada ha ayudado a mejorar calidad y precios de los servicios públicos.

Walter Puelles Navarrete