Gustavo Rodríguez García

Politiquería y trabajo juvenil

Politiquería y trabajo juvenil
Gustavo Rodríguez García
22 de diciembre del 2014

La actitud conveniente de algunos políticos ante la reforma laboral

Muchas voces se han alzado para protestar contra la reforma laboral juvenil que ha emprendido el Gobierno. Los críticos sugieren que esta reforma dejará a los jóvenes sin derechos y afianzará los “abusos” e “injusticias” que se cometen contra ellos. Desde luego, es sencillo protestar por lo que a uno le “suena” mal sin haber hecho un análisis técnico de la reforma.

La reforma laboral emprendida no es suficiente pero es ciertamente un buen paso hacia la lucha contra la informalidad laboral que abunda en nuestro país. Las regulaciones laborales suelen producir desempleo y perjudicar precisamente a aquellas personas que tales regulaciones pretenden proteger. Piense en el salario mínimo, por ejemplo. Bajo la creencia de que ese piso salarial es necesario para asegurar un ingreso “digno”, se conspira contra la posibilidad de que millones de peruanos –especialmente los jóvenes y aquellos que tienen menores recursos para invertir en adquisición de capital humano- obtengan un puesto de trabajo.

Es lamentable que con cálculo político –pero sin rigor técnico- algunos partidos hayan expresado su oposición a la reforma o, incluso, hayan cambiado de opinión de forma conveniente. Es sencillo unirse a las protestas y adherirse a un discurso popular aunque antitécnico. Lo que no resulta sencillo, es defender con valentía una reforma que se orienta a combatir un problema no resuelto en nuestro país y que es una de las fuentes de retraso en el crecimiento económico que sufrimos.

Si queremos poner al Perú a trabajar, debemos hacer que las personas sean trabajadores atractivos. Incrementando los costos de contratar, haciendo más difícil el despido, obligando a otorgar más “beneficios”, implementando “cuotas” en el centro de trabajo para grupos de interés especial, entre otros, estamos dejando que sean simplemente nuestras buenas intenciones las que guíen la política pública. Pero como dice el refrán popular… de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno.

Por Gustavo Rodríguez García
(22 - dic - 2014)

Gustavo Rodríguez García
22 de diciembre del 2014

NOTICIAS RELACIONADAS >

La otra moradita: descontinuar a un candidato

Columnas

La otra moradita: descontinuar a un candidato

Encrucijadas electorales de Julio Guzmán Julio Guzmán, el candida...

07 de marzo
Burotran: Desmontar la burocracia

Columnas

Burotran: Desmontar la burocracia

La muralla infranqueable de la tramitología Se me ha comentado inf...

29 de febrero
Regulación Universitaria Bruta y Achorada

Columnas

Regulación Universitaria Bruta y Achorada

Reflexiones sobre el controlismo de la nueva Ley Universitaria Hace...

22 de febrero

COMENTARIOS