Franco Germaná Inga

Poder Judicial ¿maravilla o desastre?

Poder Judicial ¿maravilla o desastre?
Franco Germaná Inga
18 de julio del 2017

Balance de este poder del Estado a la luz del caso Lava Jato

El 13 de julio de 2017 el juez Richard Concepción Carhuancho dictó 18 meses de prisión preventiva para la ex pareja presidencial Humala-Heredia, en una jornada que ha escrito una nueva página en la historia republicana del Perú. Las reacciones no se hicieron esperar; opiniones a favor y en contra del fallo inundaron los medios de comunicación. Fue así que, buceando entre artículos de opinólogos y posts de Facebook de amistades, me di cuenta de un fenómeno interesante: los extranjeros tienen envidia de nuestro Poder Judicial.

Advertí este fenómeno de manera fortuita. Cadenas internacionales de noticias como CNN y BBC le han dado cobertura al escándalo político regional Lava Jato y, por ende, han compartido notas sobre los demás problemas legales de nuestros expresidentes: Francisco Morales Bermúdez (sentenciado por una corte extranjera a cadena perpetua), Alberto Fujimori Fujimori (sentenciado a 25 años de cárcel), Alejandro Toledo Manrique (con orden de captura y prófugo de la justicia), Alan García Pérez (investigado) y la mal llamada “ex pareja presidencial” conformada por Ollanta Humala Tasso y Nadine Heredia Alarcón (ambos con prisión preventiva por 18 meses).

Resulta que al leer los comentarios que las personas hacen en redes sociales sobre estas noticias, pude advertir que los extranjeros —especialmente los colombianos y mexicanos— consideran que el Poder Judicial en el Perú es ejemplar, incorruptible e independiente. En suma, que nuestro sistema de justicia es una maravilla, a tal punto que somos capaces de sentenciar y procesar a nuestros expresidentes, otrora las personas más poderosas del país.

Este fenómeno me generó la siguiente interrogante: ¿nuestro Poder Judicial es una maravilla o un desastre? La respuesta no es evidente. Mi primer impulso al leer los comentarios de los extranjeros fue pensar “qué inocentes, si tan solo supieran lo que pasa en el país”. Porque si una cosa es cierta, es que sí existe corrupción en nuestro Poder Judicial. Sin embargo, ¿no será acaso que los peruanos nos hemos acostumbrado a ser pesimistas respecto a este poder del Estado? Es probable. ¿No será acaso que pululan por los juzgados muchos malos abogados que al perder un juicio por una mala defensa se justifican frente a sus clientes acusando al juez de corrupto? Definitivamente. ¿No será que acaso sí existen jueces valientes y ejemplares que hacen respetar el imperio de la ley y proceden con justicia? Es innegable.

El hecho de que cinco de nuestros expresidentes tengan problemas con la justicia puede ser analizado desde dos planos. El primero, que nuestra democracia es débil y que la crisis política es recurrente en el país, un malsano estándar. El segundo, que todos somos iguales ante la ley y que hasta a los más poderosos les llega el momento de rendir cuentas. Ambos son dos caras de una misma moneda.

En mi opinión, nuestro Poder Judicial no es ni una maravilla, como curiosamente algunos lo ven desde el extranjero, ni un desastre, como lo vemos la mayoría de peruanos desde adentro. Para mí la verdad está en algún punto intermedio entre ambos opuestos. En última instancia, el caso Lava Jato recién empieza en el Perú. Quedan muchas acusaciones por hacer, muchos acusados por desfilar ante los pasillos de la justicia; quedan aún muchos expedientes por cocer y sentencias por dictar. Solo el tiempo lo dirá.

 

Franco Germaná Inga

@FrancoGermana

 
Franco Germaná Inga
18 de julio del 2017

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