Jaime Chincha

Planes claros antes que caras

Planes claros antes que caras
Jaime Chincha
01 de mayo del 2015

Lo que esperamos los ciudadanos de quienes competirán en las urnas el 2016.

En los últimos días han aparecido en escena los primeros entusiastas —al día de hoy personajes de reparto apenas—, que buscan entrar a la carrera del 2016. Salvo el exviceministro Julio Guzmán, con un discurso timorato y dudosamente cuidadoso por no abrirse flancos ideológicos adversos, los demás precandidatos —Lay, Toledo y los frentes de izquierda— reimprimen sus discursos y ofrecen el trillado "anti todo" o "anti alguien", que ha sido determinante en la elección de los últimos presidentes, pero con resultados poco alentadores que se pueden ver en la realidad.

Para esta elección el ciudadano exige (o debe exigir) posiciones sin ambages frente a las libertades económicas, políticas e incluso constitucionales. Y si bien Keiko, PPK y García lideran en automático las encuestas de opinión, lo que el elector de hoy busca son grandes decisiones, consensos y obras de gran impacto. En esa línea de acción, cabe resaltar el movimiento ciudadano que truncó reformas mal hechas como las leyes Pulpín, las AFP, la unión civil, el aborto (a favor y en contra) y hasta el movimiento antiminero. Los rostros ya no son determinantes, como en el pasado, porque hoy se discuten agendas que, en mi modesta opinión, deben contener algunas de las siguientes acciones, con cargo a desarrollarlas y ampliarlas en futuros artículos:

— Crecimiento económico. Apuntalar el modelo que ha dado riqueza al Perú en los últimos 25 años, junto a una drástica reforma estatal que garantice un marco jurídico confiable a los grandes inversionistas. Reglas de juego claras que atraigan capitales que, a su vez, generen empleo y productividad. Esto pasa por una activa docencia económica en las regiones, ya que reciben el 70% del presupuesto. Si la gente siente el progreso frente a su casa, será difícil que discursos contrarios a la inversión prendan tan fácilmente (Tía María es el ejemplo más reciente). La izquierda querrá desmontar el andamiaje económico actual, influenciada por Chile que va camino a una nueva constitución que les hará perder tiempo y dinero. En ese contexto, es el momento para que el Perú lidere el Pacífico Sur.

— Modificar la División Política del Perú. Crear regiones transversales en el norte, centro y sur, de acuerdo al proceso de regionalización que Toledo hundió. En el Callao, deben unificarse la región y la Municipalidad, como pasa en Lima. Unir distritos para que obtengan presupuestos más equitativos (no es posible que Lima tenga más de 40 gobiernos locales). Se reduce burocracia y se acerca el Municipio al ciudadano, con oficinas modernas, pero principalmente con atenciones en línea que conviertan a la ventanilla en un Estado digitalizado y moderno. El desgobierno de la Costa Verde (CV), por ejemplo, debe dar paso a una sola autoridad que la administre con una partida independiente de los distritos actuales. En la CV se pierden US$ 1,500 millones en inversión. Hay que ganarle terreno al mar y hacer más de tres carriles en la autopista. La CV tiene acantilados para construir seis Larcomar más, una gran vía rápida que conecte a la capital con el Aeropuerto, y más playa que se podrá ganar con todo el concreto que dejará la construcción de la línea 2 del Metro.

— Infraestructura. Completar la red de agua y desagüe a nivel nacional. Concesión o privatización de Sedapal, algo que Fujimori no hizo por cobardía. El Estado no puede administrar el agua y los desagües. No es posible que, en pleno siglo XXI, miles compren agua de un camión cisterna, burlando mafias de medio pelo. Es necesaria la construcción de un sistema ferroviario nacional: trenes longitudinales en la costa, sierra y selva; trenes transversales en el norte, centro y sur, interconectados con trenes de cercanías en capitales de provincia. En Lima, se conectarían con el Metro: las cuatro líneas restantes deben estar licitadas sin demora. Hay que electrificar todo el país. Terminar la red de banda ancha a nivel nacional. Instalar las redes de gas para que este recurso llegue a todos los peruanos.

— Reformas. La tributaria es urgente: no se puede acosar al ciudadano que paga puntualmente sus impuestos. La Sunat debe volverse atractiva incluso para el informal, a quien no se debe perseguir sino cautivar. En lo electoral, el voto libre es un derecho para una sociedad que aspira el primer mundo. Desaparecer el voto preferencial hará que los partidos no cobren cupos y depuren sus listas congresales. Impulsar la bicameralidad hará del Congreso un espacio para crear leyes con filtros, bien pensadas. Promulgar leyes que otorguen libertades al ciudadano (el matrimonio igualitario, despenalización del aborto) harán que nuestra sociedad sea menos desigual y con ciudadanos que sienten que su Estado los cuida, y no que se aprovecha de ellos.

Por Jaime Chincha Ravines
1 - May - 2015

Jaime Chincha
01 de mayo del 2015

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