Planeamiento de escenarios de conflictividad social

A muy poco de la renovación parcial del gabinete, el narcotizante efecto de la esperanza mundialista futbolera no logró alcanzar para extender el pull up al avión de la popularidad presidencial. El verbo del piloto, como de costumbre no ayudó. A ningún ciudadano (menos aún si recibió votación regional o municipal) le gusta que su presidente llame ladridos a sus reclamos; hace rato que quedó claro que el manoseo público por parte del presidente del eventual indulto presidencial a Alberto Fujimori ha acabado por predisponer negativamente tanto a la hinchada pro como a la hinchada contra.

Pero se acercan Navidad y Año Nuevo, y el Papa Francisco llega en poco más de mes y medio. Y eso va probablemente a elevar algo, o por lo menos mantener, el nivel necesario de saturación de oxígeno (léase calor político) en PPK. Si no se produce una mega metida de pata verborreica o el descubrimiento de algún escándalo de corrupción, si el clima no hace una mala pasada lloviendo sobre mojado y si la vida metódica del presidente permite que la buena salud lo acompañe, podríamos pensar en un verano tranquilo hasta el inicio de la temporada usual de conflictos sociales (acabadas las lluvias), lo que podría permitir a Mercedes Aráoz consolidar un entorno político algo más amigable.

Pero ojo, la reconstrucción del norte no da signos de aterrizaje en comprensión verbal ni gestual de la población. Y la visita del Papa a un país siempre moviliza los operadores políticos callejeros de los grupos opuestos al riesgo que representa para sus intereses la fortaleza de la Iglesia católica, sin importar mucho qué corriente al interior de esta predomine al momento de tal visita . No solo la eficaz y muy activa inteligencia cubana, siempre proclive a la utilización de locales y sacha peregrinos (ojo al flujo de personas de Venezuela, Bolivia y Argentina antes y durante la visita papal), Medio Oriente, Lejano Oriente y el eterno dolor de cabeza de Europa moverán sus fichas y, más allá de sus objetivos últimos, podrían generar serios dolores de cabeza al Gobierno.

En la mirada del exterior hay gran optimismo ante el momento que viene en el mercado de minerales. Pero para plasmar en realidad el beneficio esperado es necesario llegar a tiempo al mercado con el producto demandado, y las barreras burocráticas anti inversión sembradas por el humalismo siguen casi intactas. Mientras tanto nadie en el Ejecutivo da muestras de entender la impostergable necesidad de un adecuado planeamiento de escenarios de conflictividad social. Solo los tontos esperan obtener resultados distintos haciendo más de lo mismo.

Los conflictos sociales en la región han mutado, y pocos quieren aceptar lo evidente. El malestar real de los locales frente a una actividad nueva que altera su forma de vida, sin evidenciar beneficios por ellos apreciables, viene siendo campo de cultivo para grandes jugadores de la geopolítica mundial. Pocos parecen ver que tras los equipos de la pichanga del barrio están moviendo hilos, plata y gente jugadores de talla mundial. Es la globalización, estúpido.