Juan Carlos Valdivia

Perú, síntesis viviente

Perú, síntesis viviente
Juan Carlos Valdivia
03 de mayo del 2014

Acerca de la construcción de nuestra identidad nacional

Víctor Andrés Belaunde decía, en una hermosa y potente frase, que la peruanidad es una síntesis viviente: “La peruanidad es una síntesis comenzada pero no concluida. El destino del Perú es continuar realizando esa síntesis. Ello da un sentido primaveral a nuestra historia”. La frase extraída de su libro “Peruanidad”, cuya primera edición data de 1943, muestra que frente a tesis excluyentes, Belaunde reconocía que la nuestra es una identidad en permanente construcción, pero con sólidas bases en nuestro pasado.

Por eso llama la atención el súbito descubrimiento de algunos sectores académicos de un nuevo Perú, o de la anual novedad periodística de quien asiste por primera vez a una fiesta en algún club exclusivo y se da con la sorpresa hoy de escuchar canciones de “Corazón Serrano”, como en los setenta se escuchaba a Los Mirlos, en los ochentas se escuchaba a Los Shapis, o en los noventas a tantos otros grupos de la cumbia peruana.

Los que recién descubren “la choledad” de nuestra sociedad, son aquellos que hace unas décadas profesaban ideas paternalistas respecto a sectores sociales que se hicieron fuertes sin necesidad, ni auxilio, del Estado. Menos aún de políticas que quisieron convertir al Estado en uno supuestamente centrado en los pobres.

Como lo han afirmado hace unos días Hernando de Soto y Julio Cottler, los peruanos hemos construido un nuevo Perú a raíz de la destrucción del Estado por efecto de las políticas que supuestamente buscaban favorecer a las mayorías. Desde el experimento colectivista del velascato hasta la destrucción final de nuestra economía lograda por la demagogia e irresponsabilidad del primer gobierno de Alan García, los peruanos aprendimos a vivir a pesar del Estado. Construimos nuestra propia realidad.

¿Cuándo surgió ese nuevo Perú? ¿En Ayacucho de los ochenta o en la migración de los cincuenta? Es una discusión bizantina. El nuevo Perú se viene descubriendo en cada peruano que logra construirse un futuro venciendo las leyes que lo cercan, ya sea desde la informalidad o desde la pequeña empresa formal.

Hoy renace el agro moderno, en diferentes escalas, que se relaciona con el exterior. Han resurgido industrias como la textil, que ha inventado Gamarra, que nació produciendo para el interior del país y hoy se conecta con el mundo. Los industriales peruanos -como los grupos Belmont, Añaños o Rodríguez Banda- instalan sus operaciones por el mundo. Y en lo que eran las afueras de Lima, donde antes había arenales o chacras, hoy vibran pujantes ciudades, llenas de grandes comercios y pequeñas industrias. Fenómeno que se repite en las diferentes capitales de departamentos.

Pero ese Perú que crece en lo económico tiene un correlato en un país que orgullosamente construye su identidad cultural, que tiene su reflejo en la música, la literatura, la pintura, la moda o la gastronomía. En todas rescatamos nuestras raíces del pasado, pero las conectamos con las tendencias mundiales. Orgullosamente mostramos el arte de los artesanos del ande trabajados con diseños actuales en cuya síntesis está el nuevo Perú. Como la revalorización de productos tradicionales en la cocina o el rescate de lo que nos regala nuestra selva en la gastronomía. Y en la literatura surge una nueva generación que expresa esa transformación de nuestras ciudades.

Lo importante es eso: que nuestra peruanidad se sigue construyendo, en una permanente síntesis viviente, conectándonos con el mundo, bien cimentados en nuestro pasado.

Por Juan Carlos Valdivia

Juan Carlos Valdivia
03 de mayo del 2014

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