Guillermo Vidalón

Perú: mayores reservas de mineral

¿Por qué dilatamos el desarrollo de proyectos mineros?

Perú: mayores reservas de mineral
Guillermo Vidalón
08 de marzo del 2017

¿Por qué dilatamos el desarrollo de proyectos mineros?

Durante la Convención Minera PDAC 2017 —que se llevó a cabo en Canadá—, Gonzalo Tamayo, ministro de Energía y Minas, resaltó que el Perú tiene la mayor reserva de oro, plata, zinc, plomo y molibdeno del mundo. Además, gracias a la inversión en el desarrollo de proyectos cupríferos, en la actualidad ocupa el segundo lugar en producción de este metal.

Ciertamente, el Perú tiene un gran potencial geológico; no obstante, por una u otra razón, no se concreta la inversión de US$ 46,000 millones para el desarrollo de nuevos proyectos. Al respecto, las autoridades deben tener presente que siempre habrá quienes, por posiciones ideológicas, se opongan a que un proyecto minero se ejecute; porque temen quedarse sin seguidores al construirse una alternativa seria, eficiente y probada de desarrollo, de generación de nuevos puestos de trabajo, de bienestar y, por consiguiente, de una significativa disminución de la pobreza rural, allá donde generalmente se llevan a cabo los proyectos mineros.

Si la implementación de estos proyectos genera una gran oportunidad económica, cabe preguntarse ¿por qué no impulsar su aprovechamiento para financiar el desarrollo del país? ¿Cuánto más vamos a postergar las legítimas expectativas de la población? El futuro no puede seguir maniatado.

¿Por qué? Porque en los próximos años las personas tendremos que afrontar una nueva realidad generada por la revolución de los sistemas productivos y, por ende, un cambio significativo en el trabajo, que será muy diferente de como es en la actualidad. Muchas labores serán reemplazadas por la automatización, y el recurso humano requerirá más años de estudio para contar con las competencias que el nuevo escenario demande; de lo contrario, será desplazado y conseguirá tan sólo una ínfima parte de los beneficios que se generen.

Experiencias exitosas como la de la región Moquegua o la de la provincia Jorge Basadre (Tacna) demuestran que la frase “qué quedará después de la mina”, carece de todo sustento. En uno y otro caso, en ambas localidades se privilegió el apoyo a la mejora de las competencias de los profesores de todas las escuelas públicas, tanto en las denominadas TIC, como en el reforzamiento del dictado de materias básicas, como las matemáticas y la comprensión lectora.

¿Qué se busca? Precisamente esa mirada al futuro, preparar a la próxima generación para lo que vendrá inexorablemente: la automatización. ¿Cómo lo financiaremos? Con la explotación de los recursos geológicos. El desarrollo de sinergias y el impulso, directo o indirecto, de otras actividades económicas hacen posible que la población disponga de niveles de ingreso que les permiten volcarse hacia el logro de altos estándares educativos, sin propiciar conflictos. Bien dice el dicho: “Dialogando es como se entienden las personas.”

Por otro lado, si uno revisa la historia de los países desarrollados verá que basaron su crecimiento económico en las fortalezas de su propio territorio, como la “Fiebre del Oro” en la California (Estados Unidos) de mediados del siglo XIX, la extracción del petróleo en Noruega o Catar —este último país ha desarrollado un importante polo turístico en su capital Doha—, la extracción de madera de los bosques de Finlandia, la extracción de carbón para generar energía eléctrica en Alemania, el aprovechamiento y exportación del gas en Rusia; y así podría continuar con ejemplos de las potencialidades naturales de cada país. Entonces, ¿por qué dilatamos el desarrollo de proyectos mineros? ¿Por qué no vincular el desarrollo de estos proyectos a la asunción de compromisos compartidos entre el Estado, las empresas y la población mayoritaria?

En todas partes los activistas son una minoría diestra en lograr una gran repercusión mediática; pero lo cierto es que nunca representan los intereses de la mayoría, la cual se caracteriza por ser pacífica, honesta, trabajadora y progresista. Es tiempo de echar a andar la rueda del desarrollo.

Guillermo Vidalón del Pino

 
Guillermo Vidalón
08 de marzo del 2017

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