Pensando en el futuro

Nuestro magisterio aún no da el gran salto tecnológico  

Las movilizaciones de maestros y su prolongada huelga sin solución, además de los reclamos salariales, trae como contrabando iniciativas para mediatizar las consecuencias de la carrera pública magisterial. Los maestros sindicalizados nunca han estado de acuerdo con calificaciones y evaluaciones que refuercen el carácter meritocrático del proceso.

El país invierte miles de millones en este proceso, en capacitar y evaluar maestros. Pero capacita y evalúa maestros en la práctica tradicional del magisterio, la de trasladar conocimiento. Son profesores a los cuales los cambios tecnológicos dejarán en desuso antes de que se termine de implementar la carrera pública magisterial. La velocidad del salto tecnológico se ha ido reduciendo y hoy se habla de que se produce cada tres años. Hoy la información está a disposición de cualquiera en el ciberespacio.

Lamentablemente pareciera que estos conceptos son ajenos al Gobierno. No hubo ni una palabra en el discurso presidencial respecto al desarrollo tecnológico ligado a áreas fundamentales como la educación o la salud.

Si algún proyecto en infraestructura será capaz de producir un verdadero cambio en el país es la red dorsal de fibra óptica. Se trata de tender, a lo largo y ancho del país, más de 13,000 kilómetros de fibra que permiten enviar gran cantidad de datos a una gran distancia, con velocidades similares a las de la radio y superiores a las de un cable convencional. En el Perú las empresas de telecomunicaciones han realizado tendidos similares, pero ninguno con la extensión y capacidades de la red que es de propiedad del Estado. La Red Dorsal unirá 22 capitales de departamento y 180 capitales de provincias, además de otras 136 localidades.

La Red Dorsal representa un reto creativo para un gobierno que piense en el futuro. Exige no solo terminar de licitar las redes locales, sino fundamentalmente preparar la Estado para utilizarlas eficientemente. De nada sirve una supercarretera si no se transita por ella. En materia de educación, debería establecerse una comisión que cuelgue en el ciberespacio todos los materiales escolares, en los que el Estado gasta cientos de millones de dólares para imprimir. Y pensando en el bicentenario, que toda nuestra historia se pueda encontrar  en la nube.

La utilidad es infinita. Podríamos estar hablando de telemedicina o de la interconexión real de todas las comisarías, de la relación con el mundo de cualquier productor en cualquier distrito del Perú. Pero sobre todo esto el presidente no dijo ni una palabra.

El Gobierno se deja atropellar por la actitud violenta de los sindicatos de maestros. Debió responderles hablando del futuro y de la obsolescencia de una profesión que tiene que transformarse si no quiere quedar en el pasado.

 

Juan Carlos Valdivia