Franco Germaná Inga

Para héroes, los bomberos

Para héroes, los bomberos
Franco Germaná Inga
22 de noviembre del 2016

Sobre su vulnerabilidad y fallos en Defensa Civil.

Imagínense que ustedes compran un billete de avión para irse de vacaciones al lugar de sus sueños. Probablemente ni siquiera evalúen el factor seguridad porque, después de todo… ¿volar en avión no es el medio de transporte más seguro? Lamentablemente, a la nave no se le había hecho mantenimiento desde que se fabricó y el resultado es trágico. ¿Les parece algo forzado el ejemplo? Esta es una analogía de lo que pasa en la actualidad con los certificados de seguridad que emite Defensa Civil para los establecimientos abiertos al público, que se otorgan a plazo indeterminado; es decir, duran por los siglos de los siglos, amén.

¿Por qué sucede esto? Resulta que Humala firmó el Decreto Supremo 058-2014-PCM durante su gobierno, debilitando a Defensa Civil. Antes esta institución realizaba inspecciones para revalidar dichos certificados cada dos años, lo cual forzaba a las empresas a innovar constantemente en este aspecto. Sorpresivamente, el decreto estipuló que las revalidaciones bienales ya no eran obligatorias, y que solo bastaba que un establecimiento obtenga el certificado una vez para que este se mantenga válido, siendo solo posible fiscalizar al local mediante inspecciones inopinadas.

De esta manera, se desprotegió a la población y se obtuvo “seguridad” en los papeles, pero no en la realidad. El riesgo es que dicha norma relaje a algunos empresarios irresponsables respecto al mantenimiento de los estándares de seguridad, puesto que solo bastaría que al momento de la inspección tengan un buen sistema para aprobar y luego dejen de invertir en él, así este se quede obsoleto. La norma crea un incentivo perverso.

En este contexto, me preocupa ver cómo en lo que va del año ya ha habido varios incendios en Lima, algunos en zonas residenciales y otros en establecimientos abiertos al público. Con normas como la mencionada, potencialmente puede haber muchos más establecimientos inseguros que están operando hoy mismo mientras lees estas líneas.

Lamentablemente, lo malo no termina ahí. Los bomberos, que típicamente se encargan de atender estas emergencias, no tienen las herramientas necesarias para protegernos. El panorama es casi una pesadilla: ellos son profesionales, estudiantes, gente de todas las clases sociales que ocupa su tiempo libre en arriesgar sus vidas para salvar las nuestras; son el símbolo máximo de amor y solidaridad con el prójimo. Sin embargo, tienen trajes viejos, camiones viejos, implementos viejos, no hay agua en los hidrantes y ni siquiera tienen seguro de salud.

Me pregunto ¿tan indiferente es nuestra clase política que no ha sido capaz de ser recíproca y reconocer a hombres y mujeres tan valientes? ¿Acaso no hay empresarios dispuestos a donar recursos para que adquieran sus equipos? ¿Acaso el Estado no puede idear la fórmula necesaria para dotarles de un seguro de vida? Quizás alguien dirá que eso puede implicar un gasto público. A ellos les digo: los bomberos hacen gratis el trabajo que debería hacer el Estado, así que se tienen que dar por bien servidos.

PD: Hay quienes repiten la humillante frase “Para cojudos, los bomberos”, cuando la frase debería ser: “Para héroes, los bomberos”.

Franco Germaná Inga

@FrancoGermana

 
Franco Germaná Inga
22 de noviembre del 2016

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