Otra vez, Nadine

Sobre la posible candidatura presidencial de la primera dama

Una de las lecturas tras el discurso de 28 de Julio del Jefe de Estado y las lamentables idas y venidas, traiciones, trueques y actos de sumisión vistos en la elección de la nueva Mesa Directiva del Congreso, es que la candidatura de Nadine Heredia sigue en curso, o en agenda, como le gusta sentenciar al propio Presidente.

¿Qué puede llevar a pensar en eso?. Pues algo tan elocuente como las metas necesarias y ambiciosas en materia de Educación, Salud o mejora de nuestra competitividad (Plan Nacional de Diversificación Productiva) hacia el bicentenario, reseñadas por el Presidente, cuya viabilidad o concreción dependen de un acuerdo a gran escala. O sea, de un pacto con las fuerzas políticas, de una negociación con visión de futuro.

Tal condición política hoy en día es impensable, básicamente porque la oposición ha hecho lo suyo, pero el Gobierno ha llevado la confrontación con los adversarios (básicamente el APRA y el Fujimorismo) a puntos casi de no retorno.

En tales circunstancias suena muy poco creíble que a año y medio de culminar la gestión efectiva de este Gobierno, se lance un llamado a la conciliación por metas que pretenden comprometer a la gestión del siguiente. Salvo que se esté pensando en la continuidad del actual.

Claro, alguien dirá que quizá no sea la señora Heredia quien pretenda tomar la posta de su esposo sino alguna otra figura que lidere un frente electoral (últimamente tan mentado en algunos corrillos) en el que se cobijen nacionalistas, peruposibilistas, Somos Perú, determinados izquierdistas que siguen pululando por Palacio, y algunos otros más.

Pero finalmente la señal es esa: continuidad. No un cambio o una corrección sustantiva frente a lo no hecho o lo mal hecho hasta el momento.

Por otro lado, aparece el caso de la candidatura del Congresista Falconí para la presidencia Regional de Arequipa, que puede resultar siendo un precedente ante el JNE. Y el dato preocupante brindado por el congresista Javier Bedoya, a quien le consta que hasta 3 estudios de abogados han sido consultados para evaluar la constitucionalidad de la candidatura de la señora Heredia.

De hecho hay muchas otras versiones que siguen circulando y que abonan en la misma dirección (que el congresista Simon podría calificar como “bombas”) pero no pasan de ser meras especulaciones.

Si bien la propia señora Heredia ha descartado y negado esa posibilidad, tampoco es que su credibilidad se encuentre por todo lo alto. El (mal) ejemplo de la alcaldesa Susana Villarán, quien negó durante el proceso de la revocatoria la opción de buscar su reelección en octubre de este año, es otro claro ejemplo de que la palabra de los políticos vale lo mismo que un billete de tres dólares, y que al verbo mentir se le puede reemplazar por “cambiar de opinión” o “cambio de circunstancias”.

Si acaso el Gobierno no se hubiera puesto como “gato panza arriba” para seguir controlando la Mesa Directiva del Congreso, y si el discurso del 28 hubiera aterrizado en medidas concretas para intentar culminar con éxito los temas de emergencia en el país hacia el 2016 (reactivación económica y seguridad ciudadana), quizá lo hechos acompañarían mucho más a las palabras de la pareja presidencial.

Por Mario Saldaña