Enrique Díaz

ODEBRECHTNOMICS

ODEBRECHTNOMICS
Enrique Díaz
03 de febrero del 2017

El impacto económico del destape de la corrupción

La divulgación de los nombres de los primeros funcionarios peruanos asociados a actos de corrupción relacionados con la firma Odebrecht ha traslucido lo carcomida que está nuestra institucionalidad y lo enraizada que estaría la corrupción dentro del Estado. Este proceso recién comienza y es notoria la presencia influyente de la mencionada firma en diferentes proyectos; es de suponer que el impacto económico será sustancial. Así lo reconoció el ministro Thorne rebajando sus estimados de crecimiento en cien puntos básicos por el llamado “efecto Odebrecht”. ¿Cuáles son las formas y canales que se produce este efecto perjudicial?

 

Las pérdidas por corrupción

La corrupción daña la economía de cualquier país. Conlleva sobornos de empresas que no necesariamente son las más eficientes, distorsionando la asignación de recursos. En adición los costos transaccionales (v.gr. negociar con funcionarios) se incrementan a mayor corrupción. Por el lado fiscal, parte de los pagos que hacen los privados se desvían hacia los bolsillos de los corruptos y la propia negociación significa algún beneficio fiscal (menores ingresos). Por otro lado los proyectos se tiende a sobrevalorar para incluir los pagos de sobornos (mayor gasto). Se distorsiona además la estructura del gasto, desatendiendo gastos de orientación social en favor de obras públicas que facilitan los costos escondidos.

La inversión se ve desincentivada por las mayores complejidades y costos que conlleva la corrupción. A su vez, los proyectos son de menor plazo, debido al riesgo de perder el favoritismo político ante los cambios de autoridades. Esta menor predictibilidad también afecta el riesgo crediticio de las empresas involucradas.

 

Impacto directo de proyectos suspendidos

La suspensión del Gaseoducto del Sur (GSP) genera perjuicios económicos a través del menor empleo, de la la pérdida de la infraestructura que se desarrollaba, de las exportaciones que se pretendía realizar, etc. Se proyectaban 6,500 empleos directos y se calculaba un impacto en PBI entre 1% y 2.5% anual.

El crecimiento del 2017 depende fuertemente de la inversiones de infraestructura (se estima que la tercera parte). Al detenerse el GSP y poner en cuestionamiento otros proyectos en los que interviene Odebrecht (como Chavimochic) debilitamos esa perspectiva.

 

Los efectos indirectos

Los canales indirectos son igualmente importantes, no solo por su materialidad, sino también porque (al suspender el GSP) expanden el daño. El GSP generaría 25,000 puestos de trabajo indirecto, además de la dinámica económica de inversiones y financiamiento producto de las contrataciones a terceros.

El canal de transmisión hacia el sistema financiero debería ser observado, principalmente por los créditos y las fianzas otorgadas a empresas que realizaban transacciones vinculadas al GSP. El impacto sería claramente mayor si excluimos a Odebrecht del resto de proyectos.

    

El efecto demostración

Al tratarse de una obra de inversión transcendental, que involucró la participación de diferentes estamentos del Gobierno, su suspensión no pasará desapercibida para los funcionarios públicos. Estos ahora tendrán mucho mayor cautela en sus decisiones y aletargarán su accionar, contrarrestando la corriente del destrabe que fomenta el actual gobierno. ¿Cuánto tiempo durará esta inercia? Difícil saberlo, pero buena parte del 2017 sufrirá el impacto de este “virus”.

 

Transición incierta

El capítulo de miedo que han abierto los destapes de los procesos a Odebrecht recién ha empezado. No sabemos con certeza su duración y tampoco su intensidad, pero esperar que los golpes se sigan asestando prolongará la inercia aletargadora. La alternativa consistiría en propiciar que el proceso se acelere y se conozcan los alcances de la dolencia, y el Gobierno siente las bases para un Estado donde los incentivos para la corrupción sean erradicados. Ello puede requerir un esfuerzo extraordinario, con equipos especiales de ejecutivos o especialistas, pero bien vale la pena el esfuerzo. De lo contrario seguirá siendo más de lo mismo.

Por Enrique Díaz Ortega
Enrique Díaz
03 de febrero del 2017

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