Mario Saldaña

"No me olviden que ya me voy"

"No me olviden que ya me voy"
Mario Saldaña
30 de julio del 2015

Análisis de los últimos discursos del presidente Ollanta Humala.

Ese parece ser el mensaje subyacente, en el fondo y en la forma, de los tres discursos pronunciados por el Presidente Humala entre el martes 28 y ayer miércoles.

De los tres me quedo con que emitió a su entrada a Palacio, tras regresar del Congreso, luego de la sesión por 28; me pareció el más informal y el más suelto y sincero (pese a que no tuvo toda la atención de sus ministros, que andaban sonrientes tomándose selfies a sus espaldas mientras hablaba); sonó más directo, auténtico y, pensando en sus seguidores y en ese 10, 14, 15 o 18% de peruanos que aún lo respalda. El más convincente.

La primera de sus presentaciones, brindada ante el Parlamento, quedará para el olvido por la enorme cantidad de vacíos, errores, falsedades, y ausencias de esperados pronunciamientos sobre temas claves para el país que nunca llegaron. Parecía que Humala solo se dirigía a sus partidarios o a los pocos que aún le tienen fe, pero no a los millones de peruanos que hubieran aplaudido un mínimo gesto de empatía con sus problemas del día a día; por ejemplo, medidas concretas y urgentes en materia de seguridad ciudadana o alguna audacia en materia de reactivación de la economía para paliar el frenazo que ha signado su gestión.

El tercero de los discursos, que emitió ayer antes del inicio del desfile por Fiestas Patrias, tan solemne y acartonado como el primero, además de romper una tradición (no recuerdo a un Jefe de Estado hablando antes del desfile), reiteró los ejes de las “fortalezas” del régimen: los esfuerzos y logros por reducir la desigualdad, los avances en educación, etc.

Lo cierto es que en Palacio han utilizado estas fiestas para dejar en claro que empieza la retirada y que sus “legados” están ahí, para reiterarlos una y otra vez e intentar ir contra la “percepción” de que el nacionalista fue un gobierno fracasado.

Esa reiteración indica que hemos presenciado una estrategia de despedida pero también de campaña gobiernista, y que lo que se viene, antes que rectificaciones en las urgencias demandadas por la población y por la oposición congresal (que de momento ha tendido puentes para colaborar con la transición), es más aislamiento de Palacio, menos concertación, y un discurso que le permita buscar la sobrevivencia política (y judicial) dentro de un año.

Si esa es la decisión de la pareja presidencial, la pregunta (que reitero) es: ¿quién nos ha de gobernar los siguientes 12 meses?, ¿quién se encargará de encaminar la reactivación de la economía para que la posta a entregar sea menos pesada?,¿se tomarán medidas urgentes en materia de inseguridad y criminalidad?, ¿el Presidente va a liderar y comprometerse con el éxito de su ministro del Interior o preferirá pasearse por el Perú con Nadine para repetir el mantra de Pensión 65 o Beca 18?.

Una despedida de 12 meses de duración.

 

Por: Mario Saldaña C. (@msaldanac)

 

Mario Saldaña
30 de julio del 2015

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