No más jóvenes “ninis”

El día de hoy estuve en la charla “Más competencias, menos ninis” en la que expertos de los sectores educación y financiero expusieron sobre la importancia de motivar a los adolescentes para que creen sus propios emprendimientos e ingresen al mercado laboral con las habilidades y competencias financieras necesarias para lograr que sus empresas sean sostenibles a mediano plazo. Hoy siete de cada diez jóvenes que ingresan al mercado laboral trabajan como informales, debido a la poca capacidad de generación de empleo adecuado y a la baja productividad de los jóvenes, entre otras razones, por la pobre calidad educativa recibida.

A eso se suma que el embarazo adolescente se mantiene al alza, razón por la que muchas mujeres deben empezar a trabajar para mantener sus hogares e incluso se convierten en jefes de hogar a edad muy temprana. Pero no se debe olvidar a los “ninis”, aquellos jóvenes que no trabajan ni estudian, que engrosan la masa de personas que viven fuera del mercado laboral y no contribuyen a la actividad económica. Esta situación resulta sumamente complicada pues se están constituyendo generaciones de jóvenes que no son capaces de invertir en su educación y, por ende, les resulta más complejo conseguir trabajos adecuados, adquirir activos fijos y, más aún, ahorrar a largo plazo.

Es momento de desarrollar acciones de política pública coordinadas con el sector privado y la academia, de manera que el currículum del colegio incorpore conocimientos financieros básicos para que los jóvenes puedan enfrentar mercados laborales complejos y retadores. Este año se toma la prueba PISA 2018 y sería la segunda vez en la que Perú participe en la sección financiera, en la que ocupamos el penúltimo lugar en el 2015. Esta evaluación es una muestra de la calidad educativa del país, y ratifica que los jóvenes egresados de colegios públicos muestran rendimientos muy distantes de los de los colegios privados. Y por ello, hace falta insistir en la mejora de la calidad de la educación pública, en un país en el que el emprendimiento se convierte en la puerta de acceso al mercado laboral.

Ya ha habido intentos en el pasado, como Projoven, luego Jóvenes Productivos. No obstante, las políticas requieren continuidad y creatividad, a fin de renovarse y adecuarse a los medios regionales en los que hace falta constituir empleos de calidad. Urge prestar atención a las demandas de los adolescentes y jóvenes de hoy para orientarlos y contribuir a que las siguientes generaciones sean mucho más preparadas académicamente. Especialmente en un entorno globalizado, en el que las oportunidades deben ser iguales para todos. Y como requisito básico de un país de ingresos medios, que coloca al ciudadano en el centro de su preocupación.