No decepciones, Pedro Pablo

Es el presidente peruano con mayor experiencia laboral

Luz Salgado logró la Presidencia del Congreso con 87 votos, dos tercios del total de 130 congresistas. En su mensaje, dijo que su gestión será “dialogante, responsable y capaz de superar las diferencias con tolerancia”, y que “por ningún motivo será obstruccionista, paralizante o negativa”. Sus palabras le dan un respiro al país.

“Conciliador”, dice Juan Sheput sobre el mensaje de Salgado. Sin embargo, las palabras no son suficientes para aliviar tensiones: del dicho al hecho hay mucho trecho. Y los hechos ya llegan. El 15 de agosto —según se anuncia— sabremos si lo que se dijo se hizo, cuando el presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, solicite facultades legislativas y su paquete de medidas urgentes obtenga la confianza del Congreso. Que el fujimorismo no haya aplaudido a Pedro Pablo Kuczynski en el hemiciclo parlamentario queda para las galerías todavía adoloridas.

Se ha dicho que el mensaje de Pedro Pablo ha sido esperanzador y de confianza. De acuerdo. En cuarenta minutos; corto y preciso, como debe ser. Las cifras y los tecnicismos quedan para el know how detallado que los ministros se encargarán de precisar en su momento. A la población le aburre el pormenorizado de metros cuadrados, volúmenes, millones de soles, porcentajes, leyes, instituciones y procedimientos necesarios para resolver los problemas.

Los esfuerzos de Pedro Pablo estarán orientados a proveer agua y desagüe, a más y mejor educación, a una salud pública oportuna y eficaz, a la formalización de la economía, a la infraestructura productiva y a liberar al Perú de la corrupción, discriminación e inseguridad. ¿PPK revolucionario? La izquierda marxista, al haberse apropiado de los reclamos sociales, cree que solo ella puede resolver los problemas de los pobres y que es la única que encarna las causas populares. Está equivocada.

PPK viajará a China en septiembre. Allí buscará inversiones para el Centro Metalúrgico La Oroya, para una nueva fundición en el sur —para convertirlo en un eje de desarrollo— y para obras viales como el tren de cercanías en Lima (y tal vez otro hacia Iquitos). Dice que hará todo lo posible para destrabar el proyecto Tía María y que él mismo dialogaría con la población. Si la “problemática” Doe Run se resuelve pronto, en Tía María la hace. Y si la hace en Tía María, demostrará capacidad resolviendo los problemas. Allí se verá el know how que los opositores y “exigentes” ciudadanos le reclamaron en el discurso del 28 de julio.

Fernando Zavala se encargará de reafirmar técnicamente las propuestas del gobierno, del viraje que tendrán los programas sociales a programas de desarrollo. O sea, no más pobreza extrema ni pereza extrema en lugares donde el clientelismo es el objetivo de la política. Allí donde ahora reposa el 23% de aceptación con que Ollanta Humala se despide de la presidencia.

Floro, mecida, acartonamiento y demagogia son las constantes de la política local. Apartado de todos eso, Pedro Pablo tiene la libertad para seguir bailando en cada calle y auditorio del país. Es el presidente con mayor experiencia laboral de los últimos tiempos. Y la experiencia es sinónimo de conocimiento y sabiduría. Ojalá su comportamiento gringo le quite a la autoridad peruana esa dinámica adusta y apergaminada, de frustraciones y resentimientos insoportables.

La haces, Pedro Pablo. No decepciones.

Manuel Gago

De taquito:

1) No más lesa humanidad y autoría mediata. La fiscalía volvió a archivar el llamado caso de las “esterilizaciones forzadas”.

2) Bien por el indulto a Silvana Buscaglia. Celeridad y severidad de una sentencia desproporcionada y que no guarda proporción con las de los crímenes perversos.