Rocío Valverde

Netflix contra el mundo

Las plataformas de streaming ya compiten con las salas de cine

Netflix contra el mundo
Rocío Valverde
14 de mayo del 2018

 

Hace unas cuantas semanas fui al cine a ver la película Avengers: Infinity War y pagué alrededor de 25 libras por dos entradas, que al cambio es aproximadamente S/ 100. No compro comida dentro del cine porque eso es una asalto sin violencia, en el cual te inyectan un poco de colesterol en el cuerpo y hasta les tienes que dar las gracias. Ir al cine es una diversión bastante cara para mi generación, que por el módico precio de ocho libras al mes puede acceder a una plataforma de streaming de contenido multimedia, llámese Netflix, Amazon Prime Video, Itunes, Hulu y próximamente Disney.

En estos últimos meses quise ver muchas películas como The Post, The Isle of Dogs, Loving Vincent y Split, pero al ritmo en que Hollywood lanza producciones al mercado resulta imposible mantenerse al día sin tener una batalla constante con tu billetera. ¿Está Netflix destruyendo el cine o el cine se autodestruye con esos precios? Puedo nombrar series y documentales como Luke Cage, Jessica Jones, Daredevil, Making of a Murderer, Strangers Things, Icarus, Hot girls wanted, todas forman parte del repertorio de producciones originales de Netflix, que proporcionan entretenimiento en el momento y lugar que desees por una suscripción mensual irrisoria.

La cadena de cines Vue lanzó una promoción los días lunes, en los que la entrada costaba un tercio de su valor original. Consecuentemente, las salas se llenaban los lunes y el resto de días se proyectaban películas para cuatro gatos. Los cines culpaban a las plataformas de streaming de promover una cultura de entretenimiento fast food, que despreciaba la cinematografía al no tratarla como un evento digna de los cinco sentidos. Directores como Steven Spielberg y Christopher Nolan lanzaron ácidas críticas contra la plataforma llamando a su exclusión de los Oscars y afirmando que nunca trabajarían con ellos.

El golpe en la mesa se dio durante el Festival de Cannes del 2017 en el que el logo de Netflix fue abucheado durante la proyección de una de sus producciones originales, Okja. Algunos críticos estaban furiosos pues una película que no había sido proyectada en una sala estaba compitiendo por la Palma de Oro. La polémica se zanjó este año, al menos por parte del festival, cuando el director artístico de Cannes añadió un nuevo requerimiento para calificar por el trofeo, dándoles un portazo a todas las producciones que no se hayan proyectado en una sala de cine francesa. Sin embargo, ha sido reportado en la prensa que Netflix estarían contemplando la compra de algunas cadenas de cines. Netflix no ha dado esta batalla por perdida.

De momento Vue ha sido una de las primeras cadenas de cine en ver la luz, y desde ahora todas las entradas, incluyendo películas de estreno y películas proyectadas durante los fines de semana, costarán 4 libras. El cine va a dar la batalla por su sobrevivencia, y esto seguirá el curso de la selección natural: te adaptas o mueres.

 

Rocío Valverde
14 de mayo del 2018

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