Jaime Chincha

Mucho más que Ancash y Antalsis

Mucho más que Ancash y Antalsis
Jaime Chincha
05 de diciembre del 2014

Reflexiones sobre el alcance de las actividades ilícitas de Martín Belaúnde Lossio          

Algo pasa en el gobierno que el caso Martín Belaunde Lossio (MBL) los ha puesto como gelatina. Muy delicado que el Ministro de Justicia, quien según la Constitución es abogado del Presidente, visite a los fiscales encargados de acusar al asesor más confiable que tuvo el señor Humala en el 2006. Peor aún que el consejero presidencial Roy Gates, ande muy acucioso tomando apuntes del caso en el despacho del propio Figallo con una procuradora. Estos hechos confirman que el escándalo ocupa espacio en la agenda palaciega. La salida de Christian Salas, forzar la entrega de MBL como colaborador eficaz, y el pedido público de una "fastidiada" señora Heredia para que Belaunde se entregue, indican que este es un caso que va más allá de las chanchadas de Áncash y Antalsis.

Tanto así que los hechos que rodean el alejamiento del procurador Salas nos advierten que eso fue un elegante despido. Si bien Salas ya se sentía incómodo por las intromisiones de Figallo, el abogado renunció un mes antes de enterarse por "El Peruano" que el gobierno aceptó su dimisión. Y la admite justo después de que Salas afirmara que Belaunde no califica como colaborador eficaz; cosa que el gobierno, a través de Figallo, está empujando para que MBL se entregue lo más pronto posible. ¿Por qué el gobierno busca convencer a MBL para que sea un colaborador eficaz? Obviamente para que no dilate más su condición de prófugo y, de paso, baje la presión pública que el propio gobierno ha puesto sobre Palacio.

De hecho, la revelación del exgobernador de Madre de Dios, Gilbert Galindo, coloca al gobierno en una situación altamente complicada. A comienzos del 2012, Galindo buscó al ex-asesor Adrián Villafuerte para informarle de las movidas truculentas que venía tramando MBL con el gobierno regional. Galindo cuenta que, no bien le relató personalmente los hechos a Villafuerte, éste cogió un celular y habló con un tal Martín. Por como lo cuenta, Galindo sospecha que Villafuerte llamó a MBL regañándolo por haberse metido en problemas. Galindo no recibió más respuestas de Palacio, así que decidió enviar las denuncias al exjefe del Gabinete Ministerial Juan Jiménez Mayor, a la señora Heredia y al despacho del Presidente. Entonces recibió una sola respuesta formal del gobierno: su despido, firmado por su jefa e incondicional de Palacio, Dacia Escalante.

Así el gobierno haya reenviado las denuncias contra Belaunde a la Fiscalía, ello no despeja las sombras que este caso coloca sobre la pareja presidencial. Y lo peor es que toda esta sospecha se la ha creado el propio gobierno. El papel de Figallo ha sido vergonzoso, por querer amañar las leyes a favor de un prófugo de la justicia. MBL no califica como colaborador eficaz, según los abogados más respetados de Lima, porque él fue protagonista en los delitos por los que hoy evade a la justicia. ¿Qué hace entonces la cúpula más poderosa del gobierno interesándose en un empresario supuestamente distanciado de Humala y Heredia? ¿MBL usó el nombre de Ollanta Humala porque quería pavonearse nomás? Curioso que la vicepresidenta Espinoza apoye a la opositora Pérez Tello en su afán por presidir la comisión congresal que debe investigar el escándalo. Espinoza está distanciada de la pareja presidencial; parece que este plato se lo está comiendo frío.

Por Jaime Chincha Ravines
(05 - dic - 2014)

Jaime Chincha
05 de diciembre del 2014

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