Moreno y los moretones

Sobre el daño ocasionado al gobierno y cómo superarlo.

Partamos de la siguiente premisa: que los políticos y gente con poder en el Estado se equivoquen o cometan delitos nos molesta a todos; con mayor razón aún, si estas malas acciones se producen en temas que consideramos sensibles. Esto es lo que ha pasado con el caso Moreno: su audio tocó una fibra sensible para los peruanos, otra vez un aparente intento de corrupción en las altas esferas del poder. ¿Hasta cuándo? Nos preguntamos muchos.

Que un asesor presidencial hable de “negociazo”, “mina de oro” y “SIS” en la misma conversación no está bien. Desde la difusión del audio, la administración pepekausa, y concretamente la presidencia, se han visto golpeadas. Dicho de otro modo, Moreno ha causado moretones al gobierno. A las pruebas me remito. Según la última encuesta de Ipsos PPK ha reducido su aprobación 8% en un mes; el 27% cree que hay corrupción en su gobierno, que es la segunda razón más importante para su desaprobación, solo detrás de la inseguridad; y tan solo un 10% cree que el mandatario está muy comprometido con la lucha contra la corrupción. Lo que es paradójico ya que él ondeó la bandera de la transparencia en la segunda vuelta. En resumen, estos son indicios necesarios para sentenciar que la luna de miel está en su ocaso.

¿Qué debe hacer PPK? Ese es el dilema y ojalá que los asesores que le quedan hagan lo que están llamados a hacer: asesorar. En mi opinión, el presidente tiene que ejecutar ciertos cambios de fondo y forma. Por ejemplo, un cambio de fondo sería implementar un mecanismo estricto de escrutinio antes de designar a los asesores del jefe de Estado; después de todo, PPK es el capitán del barco y sus asesores son los que le cantan como sirenas.

Asimismo, debería asegurarse que haya orden en sus filas, su bancada parece que cada vez se incomoda más estando junta. Si de por sí tiene pocos congresistas, tenerlos peleados y no hacer nada al respecto sería un gran error. Finalmente, debería considerar integrar a cuadros militantes de su partido en la administración del poder; de esta manera calmaría las voces reivindicadoras que empiezan a sonar fuerte. PPK debe hacer todo esto porque no puede librar batallas en varios frentes al mismo tiempo.

En cuanto a la forma, es crucial que reevalúe la imagen presidencial que quiere proyectar a la nación. En el escenario pos-Moreno, se ha sembrado la semilla de duda de si es un presidente que trata de pasar por agua tibia este caso. Dependerá de sus futuras acciones si se consolida esta imagen. Para sintetizar, PPK debe entender que cada palabra que pronuncie, cada gesto que realice y cada reacción que tenga moldearán la imagen que el pueblo tiene de él. Por ende, no es sabio que corra el riesgo de quedar como un presidente permisivo, por lo que expresiones como “fumar un troncho no es el fin del mundo” y “no me importa un poquito de contrabando” deben desaparecer.

Finalmente, a estas alturas queda claro que PPK tiene un grandpa style, porque es bonachón y tiene sentido del humor; pero debe saber balancear sus declaraciones jocosas con la necesaria mano dura. El Perú necesita ver que su presidente encarna la ley y el orden. El bien de esta gestión es el bien de todos.

Franco Germaná Inga.

@FrancoGermana