Gustavo Rodríguez García

Mi problema con UBER

Mi problema con UBER
Gustavo Rodríguez García
16 de noviembre del 2015

Una queja legítima en aras de viabilizar mejoras.

No quiero que se mal interprete este comentario como un llamado a favor de la regulación o intervención en el mercado de la intermediación entre pasajeros y taxistas. De hecho, me opongo radicalmente a aproximaciones regulatorias cuando, en realidad, deberíamos optar por una masiva desregulación de las industrias (nuevas o antiguas). Dicho esto, y dado que soy un firme convencido de que los consumidores podemos expresar una opinión más poderosa que cualquier intervención gubernamental, comento lo que justifica el título de esta nota.

Hace unos días solicité un servicio en UBER. A las 4:23 pm, la aplicación me arrojó un tiempo de espera de 6 minutos. Ese tiempo fue incrementándose con el paso del tiempo. Ante las insistentes llamadas efectuadas al conductor (ninguna de las cuales fue contestada, por cierto), opté por cancelar el servicio. Únicamente para poner en evidencia mi paciencia sobre el particular, debo señalar que a las 4:43 pm, es decir, veinte minutos después, la aplicación indicaba un tiempo de espera de 12 minutos. Desde luego, después de la cancelación del servicio, se me cargó una suma de dinero que, debo admitir, fue devuelta ante mi reclamo a través de la propia aplicación.

Sin embargo, no es la primera vez que ocurre algo parecido aunque es la primera en la que lo documento (con capturas de pantalla en las que se aprecia, además, al conductor responsable de dejar muy mal parado a Uber). La respuesta de la empresa es la de limitarse a devolver, en mi caso, el cargo producido por cancelación posterior a los cinco minutos pero nada más que ello… ni una llamada o explicación de las acciones adoptadas frente a lo expuesto.

Los que me conocen saben que no me gustan las denuncias públicas de consumidores cuando en realidad ocultan una intención oportunista pero, con honestidad, debe aceptarse el derecho de plantear una molestia legítima en aras de viabilizar las mejoras que correspondan. He usado UBER en el extranjero y funciona muy bien. No quiero pensar que este es un tema de UBER sino de conductores que, con viveza, traen por tierra la reputación de una empresa (como cuando presencié que alguien solicitó un carro en Taxi Beat y luego de una larga espera el conductor contestó que ya tenía otro servicio, pese a que la aplicación indicaba lo contrario).

Como no podría ser de otro modo, consideraré el planteamiento de una enérgica denuncia contra UBER por lo ocurrido. Espero que así se comprenda que las nuevas oportunidades de negocio importan una responsabilidad extrema en el proceso de selección de choferes. Lo lamento por UBER pero era imposible que dejara de expresar lo que creo que representa una defraudación absoluta de las expectativas que, como usuario, uno tiene del servicio ofrecido. Seguiré esperando (sentado) una explicación de las acciones adoptadas con respecto al mal chofer de la empresa.

Por Gustavo Rodríguez García

Gustavo Rodríguez García
16 de noviembre del 2015

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