Mario Saldaña

Menos es más

Menos es más
Mario Saldaña
16 de abril del 2015

El desafío económico que le espera a Cateriano si obtiene el voto de confianza.

“Menos es más”, frase habitualmente usada por diseñadores de arte, expertos en moda, arquitectos y en general en el mundo de la estética, para aludir a los beneficios del minimalismo.

El 2014 y el 2015 serán recordados como los años en los que la teoría de las “cuerdas separadas” entre crecimiento económico y conflictividad política llegó a su fin. No solo ha sido malo el 0,94% de crecimiento de febrero último (con un desplome de casi 10 puntos porcentuales del rubro construcción) sino que todo apunta a que alcanzar el 3% para este año será toda una hazaña, mediando un Fenómeno del Niño leve (ojalá), perspectivas mineras estancadas (Southern ya postergó Tía María para el 2017 y en el 2018 no habrá nuevos proyectos mineros de envergadura), ni qué decir del SOS que acaba de lanzar el sector hidrocarburos, y del ritmo de inversión pública, que sigue ralentizado (11% de ejecución presupuestal promedio en el primer trimestre versus 14% en el mismo trimestre del 2014).

Por tal motivo, haría bien Cateriano en enfocar su solicitud de confianza en las prioridades económicas. Y también haría bien la oposición en dársela. Es que no hay margen político para más (reformas ambiciosas) y menos tiempo con una campaña electoral que debe arrancar el último trimestre. Para quienes piensan que el Gabinete se quedaría corto se equivocan.

Revertir la situación antes descrita supone, además de hacer esfuerzos por entregar altas dosis de confianza al inversionista, una nutrida agenda de prioridades que sigue atascada en el Congreso (desde cambios en el ámbito tributario, laboral y fiscal, pasando por la simplificación de normas ambientales, que algún sector de la izquierda pretende vender como “desregulación” o “flexibilización”), hasta el manejo de conflictos sociales para diversos proyectos del sector extractivo y la tan ansiada desburocratización de procesos y eliminación de trabas.

Si el señor Cateriano lograra alinear a la oposición -o a la mayor parte de ésta- tras el objetivo de acelerar la reactivación a través de la puesta en marcha de medidas que siguen esperando, habría logrado gran parte de su cometido. Es evidente que no tiene la capacidad de controlar los exabruptos del Presidente, ni el blindaje de éste y de los voceros oficialistas a Nadine Heredia para evitar la investigación congresal que pesa sobre ella, ni sus prioridades electorales.

Pero gran parte del trabajo estaría hecho si se vuelven a separar las cuerdas. Ya no entre economía y política. Sino entre la vía del interés personal o grupal de corto plazo de la pareja presidencial y la agenda de la transición; en esta última el objetivo central es que el carro de la economía llegue lo menos dañado posible. La primera es de exclusivo de interés de Ollanta, Nadine y los oficialistas. La otra nos interesa al resto de peruanos.

Así que, ministro Cateriano, enfóquese. Menos es más.

Por Mario Saldaña C (@msaldanac)
16 - Abr - 2015  

Mario Saldaña
16 de abril del 2015

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