Guillermo Vidalón

Matarani: apuesta por el desarrollo

Matarani: apuesta por el desarrollo
Guillermo Vidalón
28 de septiembre del 2016

Se ha convertido en un motor del crecimiento regional

Matarani es una ciudad portuaria ubicada en la provincia de Islay, región Arequipa. Una ciudad pujante que acoge gran parte de la producción minera del país, principalmente el cobre producido por las minas de Cerro Verde (Arequipa) y Las Bambas (Apurímac); y próximamente, conjuntamente con la población local, las operaciones del actual proyecto Tía María. ¿Por qué es importante Matarani? Porque puede convertirse en una ciudad modelo. Tiene condiciones y liderazgo local, que es importantísimo para transformar un país y llevarlo hacia estadios de desarrollo superior en el ámbito productivo, económico, social y ambiental.

La semana pasada conocí a la alcaldesa de matarani, Srta. Regina Lavalle Sullasi, quien expresó con coraje y energía que la visión de los gobiernos nacionales suele ser “premiar las condiciones de pobreza”, con la auto justificación de “otorgar más recursos ahí donde más se necesitan”. Pero el objetivo debería ser la transformación positiva de una realidad social, y no el subsidio que socava la libre iniciativa de las personas.

 

Cuando el país crece de manera sostenida se reduce significativamente la pobreza, superando las acciones del Estado. En consecuencia, el Estado debe premiar a las localidades exitosas y promover a aquellas que generan condiciones para congregar mayor inversión privada. Así además generan mayor recaudación para el Estado y, subsecuentemente, mayores recursos para que el Estado retribuya, mediante el nuevo ingreso, con obras de infraestructura al distrito, provincia o región impulsora, como bien puede ser considerada Matarani. Este distrito acoge a la inversión y, en consecuencia, cientos y miles de personas se movilizan hacia allá en busca de mejores y mayores oportunidades.

 

Algo similar ocurrió en Ilo (Moquegua) cuando se construyeron la fundición de cobre, el puerto, la refinería, las plantas generadoras de energía eléctrica, las procesadoras de pescado, entre otros emprendimientos. No se propone abandonar a la población de menores recursos, sino premiar el esfuerzo colectivo hacia el emprendimiento. La razón es que esa sí es una manera efectiva y eficiente de reducir la pobreza.

En Lima también tenemos ejemplos exitosos, como el Cono Norte de la ciudad, donde muchos migrantes del interior del país buscaron un espacio para residir y trabajar; pero principalmente para acceder a mejores oportunidades de desarrollo. El paso siguiente fue la demanda de infraestructura básica que les permitió acrecentar la dinámica económica y el empleo. Posteriormente, el mercado ha respondido positivamente, llevando importantes centros de enseñanza para ofrecer educación de calidad a la nueva generación. Es así como dicha zona generó una gran economía que es hoy una de las más dinámicas del país.

Empecemos a premiar el éxito antes de seguir siendo pusilánimes y condescendientes con la pobreza. No queremos que se mantengan los niveles actuales de pobreza, y menos que se incrementen; todo lo contrario, queremos que los que menos tienen asciendan socialmente y se integren a otros sectores sociales en los que la calidad de vida es mucho mejor.

 

Guillermo Vidalón del Pino

 
Guillermo Vidalón
28 de septiembre del 2016

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