Gustavo Rodríguez García

Más impuestos, menos arte

Más impuestos, menos arte
Gustavo Rodríguez García
30 de noviembre del 2015

Sobre el alto riesgo de invertir en espectáculos en el Perú

Debería ser absolutamente claro que la clave del progreso pasa por traer a muchas personas que se encuentran fuera del mercado –el formal, al menos- a la legalidad. En nuestro país, sin embargo, como dicen algunas personas por allí, realmente el peor enemigo de un peruano pareciera ser la SUNAT. La idea de que una mayor recaudación está ineludiblemente ligada a la existencia de mayores impuestos es tan absurda que ni un estudiante de primer ciclo de economía que no ha llevado, al menos, su primera clase, cometería.

La existencia de trabas burocráticas y gravámenes por doquier solo generan que muchas personas migren de la formalidad al mercado negro… a ese en el que precisamente es imposible la recaudación. ¿Cómo hacemos para que la gente que se encuentra fuera del mercado formal entre al mercado? Simple: debemos hacer que la observancia de la ley sea más barata lo cual, entre otras cosas, implica que deben reducirse las cargas que inhiben el ingreso y la permanencia en la legalidad.

Hay otro campo en el que se aprecia el impacto nocivo de una política tributaria desquiciada que es el ámbito del espectáculo. El lector se preguntará que tiene que ver una cosa con la otra. En los últimos días se han anunciado espectáculos de la talla de Rolling Stones o Coldplay. Más allá de los gustos de cada uno, es una buena noticia que estos espectáculos se realicen en Perú. Atraen personas, generan consumo y afianzan el bienestar de los individuos. Uno se preguntaría la razón por la que otros artistas importantes no vienen a nuestro Perú siendo, el nuestro, uno que indudablemente está, de una forma u otra, en los ojos del mundo.

Una de las razones es el sistema impositivo. Hacer el “negocio” de traer a un gran artista es sumamente riesgoso. Si a ello se agrega la cantidad de gravámenes que pesan para los involucrados, es más o menos claro que nadie en su sano juicio vendría a Perú salvo que se asegure un retorno importante. Lo que se suele perder de vista es que la promoción de los espectáculos públicos tiene un impacto positivo en el bienestar de la gente e, irónicamente, permite generar una mejor recaudación en el agregado.

En ese sentido, exhorto a los congresistas a que, al menos uno, tome la decisión de plantear un proyecto de ley con beneficios fiscales para la promoción del espectáculo público en el Perú. De esa forma, el Perú también podrá ponerse en el foco de atención como un destino atractivo para el desarrollo de conciertos y, en general, otras formas de arte. Perder de vista esto únicamente refleja un privilegio miope del dinero fácil por encima de la cultura.

Por: Gustavo Rodríguez García

Gustavo Rodríguez García
30 de noviembre del 2015

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