Guillermo Vidalón

MÁS ALLÁ DEL CONFLICTO

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Guillermo Vidalón
21 de diciembre del 2016

Sobre la cumbre PPK-Keiko Fujimori promovida por el Cardenal Cipriani

Han hecho bien en dialogar Pedro Pablo Kuczynski con Keiko Fujimori, más allá de si se ajustó al protocolo, lo importante es que ambos líderes, quienes estuvieron muy próximos en la carrera por el sillón presidencial, acuerden y definan puntos de encuentro -que los había- en sus respectivos planes de gobierno.

El presidente ha actuado bien, no ha cedido posiciones, ha demostrado que está dispuesto a acudir donde sea necesario para lograr consensos y enrumbar al país por el camino de la generación de bienestar y desarrollo. Lo que ha sucedido es una muestra más de la vigencia del dicho árabe: "si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma".

PPK es un mandatario conocido por tener una actitud ante la vida colmada de muchas virtudes, sus actitudes pueden o no ser del agrado de alguien, pero así es su personalidad, sencillo, sincero, transparente, con una proactividad orientada hacia la simplicidad. Parecería comunicar, con cada uno de sus gestos, que se aleja de lo complejo de las formalidades y la parafernalia del poder para ir al punto de desencuentro y desenredar aquello que no camina.

La Cumbre PPK-KF debe ser analizada en esa perspectiva. Keiko Fujimori no es una autoridad formal, pero querámoslo o no, la voluntad popular le confió el poder legislativo. Debatir acerca de si la votación alcanzada por Fuerza Popular refleja la presencia que tiene en el Congreso resulta una banalidad en la actualidad. En el pasado, la ley electoral benefició tanto al aprismo como al humalismo.  En consecuencia, silenciar el cuestionamiento a la ley cuando nos beneficia y agitar las calles cuando nos es adversa es una actitud oportunista en términos políticos.

El cardenal Juan Luis Cipriani ha actuado políticamente, pero para validar la finalidad y la perspectiva de la política, que es la búsqueda de consensos para hacer lo necesario. Los suspicaces se solazan en que su actividad política ha estado asociada a hechos opinables.  Mas en esta oportunidad, su participación ha sido positiva.  Que el PPK se haya mostrado humilde en la cúspide del poder lo engrandece como líder.  Por su parte, Keiko sabía que debía acudir y acceder a superar el impase y lo hizo. De esta manera, se salvó un gran escollo.

Los líderes políticos, sean cuales fueren sus investiduras, deben ser conscientes que aquello que se denomina “ruido político” impacta negativa en la toma de decisiones, sea en el ámbito local como en el internacional.  La buena imagen del Perú, construida en los últimos 26 años, se ha alcanzado gracias a que se logró el control interno en el territorio nacional, así como se brindó seguridad y estabilidad jurídica como económica para los inversionistas.

Si la Cumbre sirvió para atemperar los ánimos, concordar y disminuir ostensiblemente el nivel de conflictividad alcanzado, y recuperar la estabilidad, quizás hayamos dado los pasos indispensables para reanimar el crecimiento económico. Por lo que debemos persuadir a miles y millones de peruanos que sin inversión la generación de empleo y reducción de la pobreza resultará una quimera.

Por: Guillermo Vidalón del Pino 

Guillermo Vidalón
21 de diciembre del 2016

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