Martin Scorsese: Premio Princesa de Asturias de las Artes 2018

El Premio Princesa de Asturias de las Artes, uno de los más importantes del ámbito cultural mundial, fue otorgado ayer al director norteamericano Martin Scorsese (Nueva York, 1942), por la renovación cinematográfica que ha realizado a lo largo de más de una veintena de películas, “aunando con maestría innovación y clasicismo”. Como se sabe, este premio (que hasta el 2014 se llamaba Príncipe de Asturias) es otorgado anualmente por una fundación española creada especialmente para ello, y entre las personalidades que lo han obtenido en la categoría de Artes figuran Joaquín Rodrigo, Paco de Lucía, Woody Allen, Antoni Tápies, Francis Ford Coppola y Bob Dylan.

“Scorsese es uno de los más destacados creadores cinematográficos del movimiento Nuevo Hollywood, una corriente surgida en los años sesenta y que dio la vuelta al cine norteamericano, de la mano de autores como George Lucas, Francis Ford Coppola –Premio Princesa de Asturias de las Artes 2015– y Steven Spielberg”, dice la Fundación Princesa de Asturias en el comunicado que difundió el día de ayer. Como sus compañeros de generación, Scorsese comenzó su carrera a inicios de los setenta, con un par de películas poco conocidas, y fue recién a partir de Mean Streets (Calle peligrosas, 1973), su primer trabajo protagonizado por el actor Robert de Niro, que su nombre comenzó a alcanzar notoriedad. Poco después iniciaría la trilogía de películas (todas protagonizadas por De Niro) que lo consagraría como uno de los mejores directores del momento: Taxi driver (1976), New York, New York (1977) y Raging bull (Toro salvaje, 1980).

En esta etapa la temática de su obra estaba centrada en el tema de la culpa y la redención, seguramente como consecuencia de su fuerte formación católica, pues Scorsese incluso llegó a pensar en convertirse en sacerdote. A ello sumaba una estética vinculada al realismo (es un gran admirador del neorrealismo italiano) y una atenta observación de los lugares, personajes y la cultura propios de una urbe tan cosmopolita como Nueva York. Como resultado de ello, sus películas son intensos dramas, casi tragedias, en los que se refleja el dinamismo y la violencia de las ciudades modernas. En los años ochenta y noventa Scorsese seguiría desarrollando esa temática con películas como The King of Comedy (El rey de la comedia, 1982), The Color of Money (El color del dinero, 1986), Goodfellas (Buenos muchachos, 1990) y Casino (1995).

Pero la culminación de esa línea de su trabajo es sin lugar a dudas Gangs of New York (Pandillas de Nueva York, 2002), una ambiciosa película de casi tres horas de duración y que obtuvo nada menos que diez nominaciones al Oscar. Además fue el primer trabajo de Scorsese con el Leonardo Di Caprio, quien pasó a convertirse desde entonces en su actor fetiche, el protagonista de las películas de la siguiente etapa de su obra: The Aviator (El aviador, 2004), The Departed (Infiltrados, 2006), Shutter Island (La Isla Siniestra, 2010) y The Wolf of Wall Street (El lobo de Wall Street, 2013). Por The departed Scorsese obtuvo su único Oscar a Mejor Director, aunque ha sido nominado ocho veces en esta categoría.

Hay otras vetas interesantes dentro del trabajo cinematográfico de Scorsese. Por ejemplo, su aproximación a la religión y los mitos asociados con ella, en la película The Last Temptation of Christ (La última tentación de Cristo, 1988). También su fructífera relación con el rock, materializada en documentales como El último Waltz (1978, sobre un concierto del grupo The Band) ), No direction home. Bob Dylan (2005), Shine a Light (2008, sobre una gira de The Rolling Stones) y George Harrison: Living in the Material World (2011). Sin duda, uno de los grandes creadores del cine actual, al que rinde merecido homenaje este Premio Princesa de Asturias de las Artes 2018.