Daniel Córdova

Macroeconomía de izquierda

Macroeconomía de izquierda
Daniel Córdova
20 de enero del 2016

El programa económico del Frente Amplio y la nostalgia keynesiana

Esta semana el economista Oscar Dancourt salió a presentar el Programa Económico del Frente Amplio (FA) Confieso que me dio una suerte de nostalgia académica. Me hizo acordar de la época en la que el debate político era de otro nivel, cuando al discutir las propuestas económicas se confrontaban keynesianos de izquierda con monetaristas de derecha. Lástima que este debate sea marginal. Pero repasemos porque los temas son pertinentes.

El programa del FA tiene tres objetivos: reactivar la economía, redistribuir los ingresos y diversificar la economía. Como Dancourt es un connotado macroeconomista, está convencido de que moviendo los “botones” de la política fiscal y monetaria, puede lograr resultados espectaculares para el desarrollo económico y social.

¿Y cómo así busca reactivar un keynesiano? Primero, dice, hay que generar “crédito abundante y barato”. No cree que inyectar más dinero en la economía puede generar inflación. Considera que ese dinero, al ser consumido por las familias generará más demanda. Y la oferta responderá con mayor producción y empleo. Y cómo las empresas también tendrán crédito “abundante y barato” podrán responder con facilidad a la mayor demanda. Qué maravilla.

Lástima que la cosa no sea tan fácil. Primero porque la oferta no responde automáticamente. Si bien algo se lograría reactivar, este artificio monetario generará inflación como primer resultado colateral. Luego ciertamente habrán empresas y personas que se prestarán más. Pero muchas no podrán cumplir con repagar sus deudas. Y las instituciones financieras estarán en problemas. Curiosamente ayer Gestión titulaba : “el deterioro de cartera obliga a fusión y venta de nueve cajas”.

Lo mismo sucede con su invitación a gastar el Fondo de Estabilización fiscal. Lo clave acá no es el “aumento del gasto” como gran cifra macro. Lo que sí hace falta es que se invierta más en infraestructura y se ponga por delante de esta forma la generación de oferta. Pero la clave está en el diseño de los proyectos de inversión, en la competitividad que se puede generar.

Para redistribuir, Dancourt propone subir el sueldo mínimo. Es un viejo debate. La izquierda se preocupa del sueldo del 30% formal de la economía. No tienen un propuesta para el sector informal. Y, no lo aceptan, pero el aumento del costo del empleo formal no es más que un instrumento más de exclusión económica a favor de un grupo privilegiado. Por otro lado, proponer el aumento de la cobertura de Pensión 65, después de observar la crisis griega (motivada por la crisis fiscal y la imposibilidad de pagar pensiones) es  una manera de asegurar crisis futuras de origen fiscal en nuestro país.

La diversificación productiva es, por último, un enunciado de buenas intenciones. Antaño se buscaba a través de la sustitución de importaciones : aranceles altos a los bienes de consumo cuya producción se buscaba incentivar (fiasco monumental que solo benefició a unos cuantos empresarios mercantilistas y terminó con toda la industria quebrada). Lo mejor a este nivel es insistir con la implementación de planes regionales de desarrollo territorial, como ya se está haciendo con los parques industriales y zonas francas desde PRODUCE. Es decir, una visión más “micro”. Nada de esto está en los enunciados del FA.

La macroeconomía de izquierda sería igual de limitada que la macroeconomía de derecha, solo que mucho peor en sus resultados. Felizmente, solo apareció para darnos nostalgia sobre los debates de ideas económicas.

Por: Daniel Córdova

Daniel Córdova
20 de enero del 2016

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