Los queremos vivos

Sanciones más drásticas para los violadores de niños

La violación y asesinato de una niña —cuyos restos fueron encontrados en una maleta en las calles del distrito El Tambo, en Huancayo— debería llevarnos a reconsiderar sanciones drásticas, como la pena de muerte, para los violadores. No hace mucho, una niña de apenas diez años de edad, quien había sido violada, dio a luz en un hospital de Trujillo; y otra niña, incluso menor, murió al practicársele un aborto en la ciudad de Chiclayo. ¿Qué está pasando?

El proyecto de aplicar la pena de muerte para los violadores tuvo un precedente en el año 2006, en el gobierno de Alan García. Recuerdo que los diarios se llenaron con los artículos de quienes se encargan de encaminar la opinión pública. Un diario por allí puso como portada algo así como: “Empezó el caballo loco”. El gobierno aprista envió un proyecto de ley al Congreso en agosto de 2006, y el fujimorismo votó en contra. “No solo la propuse, la envié como proyecto de ley al Congreso, en agosto del 2006, y los fujimoristas votaron en contra”, dijo Alan García en una entrevista para el diario El Trome (20/03/2016).

El año anterior durante la campaña electoral, se propuso nuevamente la aplicación de la pena de muerte para los violadores. ¿A quién no se le remueve el alma cuando se entera de que una niña, un niño, es ultrajado, sometido a todo tipo de violencia física, y luego asesinado? En el mes de julio, un sujeto que había estado detenido por ultrajar a una niña en Loreto fue liberado por exceso de carcelería. Y luego que la abrieran las rejas de su celda, violó a otra niña. ¿Cuánto más debemos soportar esta situación?

Se habla del Pacto de San José y la Convención de Derechos Humanos, pero ¿qué hay de los derechos de un niño o una niña a la vida cuando llega un maldito a robarle su inocencia? ¿Quiénes han sido los más beneficiados con el tema de los derechos humanos? ¿Los que defienden la vida o quiénes la quitan? ¿Acaso la constitución no prima sobre el Pacto de San José?

El mismo hombre que planteó la pena de muerte para violadores —y estoy seguro de que muchos padres aprobarían dicha medida— planteó la reducción de los intereses de las tarjetas de crédito, el uso de los fondos de pensiones para comprar casas, y ahora ha planteado que “la obligación impuesta a los hogares de pagar el sobreprecio del gasoducto (Gasoducto Sur Peruano) en las facturas de luz debe anularse por ley”. Además, ha sido el primero, si no el único, en plantear los retos del 2017 en un artículo titulado “2017, año crucial”.

https://www.facebook.com/notes/alan-garc%C3%ADa/2017-a%C3%B1o-crucial/10154790209040050/

Cuando veo las portadas de algunos diarios que intentan centrar la atención de todo tipo de escándalo, por menor que fuere, en Alan García, pienso que deberíamos preguntarnos: ¿No será que este hombre es atacado porque realmente defiende los intereses de los peruanos? ¿Habremos elegido bien o mal?

Mientras tanto, el debate pareciera centrarse en los bañistas de una pileta de Chorrillos, la portada de una revista internacional, corrupción, la reducción de deudas a equipos de fútbol. Pero ¿nuestros hijos? A nuestros hijos e hijas los queremos vivos. Jugando. Sonriendo.

Por Arturo Valverde