Neptalí Carpio

Los malditos de Bayóvar

Los malditos de Bayóvar
Neptalí Carpio
03 de junio del 2016

Peligrosa banda vinculada al narcotráfico y a las autoridades

Los analistas que subestiman la existencia de amplios vínculos del Estado y la política con el crimen y el narcotráfico deberían tomar como caso emblemático las investigaciones de la Policía Nacional sobre las relaciones de la organización criminal “Los malditos de Bayóvar”, recientemente capturada. Un vínculo que se presenta de manera recurrente en muchas regiones y localidades del Perú, tal como se pudo apreciar en el caso Gerald Oropeza (en el Callao) y en diversas intervenciones desarrolladas por la Policía Nacional.

“Los maldito de Bayóvar” tenían su centro de actuación en el distrito de San Juan de Lurigancho (SJL). La banda estaba conformada por 19 integrantes, de los cuales dos eran suboficiales de la División de Secuestros de la DIRINCRI, lo que le permitió establecer diversas relaciones, durante largo tiempo, con el Estado, la política y el narcotráfico. Según el general PNP César Gentille Vargas, jefe de la Región Policial Lima, la banda mantenía los suguientes vínculos:

En primer lugar, con el Estado y la política. Tenía una red de contactos en las municipalidades y en la Policía, para incursionar en el tráfico de terrenos, para lo que contaba incluso con un banco de información, lo que revela los niveles de sofisticación alcanzados. Igualmente, tenía relaciones con un partido político, actualmente en la contienda electoral por la segunda vuelta. Se ha mostrado abundante información gráfica que demuestra que el local distrital de ese partido es propiedad de Jean Pierre Mendoza Patiño, uno de los líderes principales de la organización criminal. Recordemos que ya el Loco Darwin, capturado anteriormente, confesó que había financiado la campaña de un candidato a la alcaldía de SJL.

En segundo lugar, esta banda también tuvo relaciones con el narcotráfico. La investigación señala que la organización criminal también participaba de la comercialización y distribución de cocaína y sus derivados. Todo indica que las extorsiones a propietarios de enormes colegios privados de SJL están también ligadas al hecho de que las construcciones de algunos de esos centros educativos forman parte de un proceso de lavado de activos. La información al rspecto aparece en los registros de la Dirección de Investigación Criminal (DIRINCRI).

El modus operandi de esta banda revela, por otro lado, la extendida practica del tráfico de terrenos en diferentes lugares de Lima y del interior del país; una actividad ilícita que se desarrolla en complicidad con funcionarios municipales y algunos malos policías o comisarios. La ausencia de limites definidos entre distritos y provincias, la informalidad sobre la propiedad, y el conflicto entre municipalidades y sectores privados con las comunidades campesinas —Jicamarca, Collanac, Santa Rosa de Manchay, Llanavilla, etc.— crean una especie de agujero negro territorial aprovechado por las organizaciones criminales para la extorsión y el tráfico de terrenos.

El caso de “Los Malditos de Bayóvar” demuestra que para derrotar a la delincuencia, en su expresión criminal organizada, se requiere de un mayor trabajo de la inteligencia policial. Así lo expresa el éxito de esta acción al mando del general PNP César Gentille Vargas, para capturar esta banda que estaba infiltrada en los propios órganos de investigación de la Policía. Una labor que se podría potenciar de manera decisiva si se aumenta drásticamente la cantidad de efectivos policiales dedicados a la inteligencia policial.

Si alguna lección importante debemos sacar de las últimas capturas de la PNP, es que las fronteras entre el crimen organizado, el narcotráfico, la industria de la extorsión y otras modalidades de la economía delictiva ya no existen. Lo más grave es que estas bandas criminales penetran en los partidos políticos, en las municipalidades y en la Policía Nacional para convertirse en un poder factico y así neutralizar la estrategia de seguridad ciudadana y de antinarcóticos.

Nunca como hoy se ha requerido la creación —tal como ha ocurrido en otras partes del mundo— de un potente cuerpo de élite de inteligencia policial, no solo para desbaratar el crimen organizado, sino tambien para desmantelar las relaciones entre este, el narcotráfico, las entidades del Estado y la política. En un sistema político atravesado por la corrupción y el narcotráfico, lo aconsejable, recordando la actuación de Eliot Ness y los Intocables, es crear y preparar un cuerpo de élite que, a manera de antídoto, actúe no solo contra el crimen, sino tambiéncontra sus cómplices dentro del Estado.

 

Neptalí Carpio Soto

 
Neptalí Carpio
03 de junio del 2016

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