Úrsula Letona

¡Los Jinetes del Apocalipsis son más de cuatro!

¡Los Jinetes del Apocalipsis son más de cuatro!
Úrsula Letona
24 de abril del 2017

Necesitamos un nuevo marco legal de control en situaciones de emergencia

Con ocasión de los trágicos eventos que hemos vivido los peruanos, paralelamente hemos sido testigos también de la incapacidad material que tenemos las autoridades para enfrentar sus consecuencias, lo que sin duda solo sirve para acrecentar la insatisfacción de la población frente a esas autoridades.

Un primer jinete de este apocalipsis es, sin duda, el Sistema Nacional de Control, respecto del cual antes, durante la tragedia y hoy somos conscientes de que algo hay que hacer para mejorarlo. Lo primero que con mucha lógica se preguntan “tirios y troyanos” es por qué este sistema no funciona como el privado, que es más preventivo y concurrente que posterior; y que se mide no por el número de denuncias que interpone o el número de acusaciones que formula, sino por el número de errores o fallas que evita su controller.

El Sistema Nacional de Control se rige por la Ley N° 27785 (Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General de la República, del año 2002), siendo más que obvio que esa ley ha quedado desfasada, desactualizada y hasta inaplicable para determinados supuestos, ante la acelerada dinámica social que enfrentamos, donde muchos cambios si bien son positivos, hay otros que son todo lo contrario. Por eso, las autoridades deben contar con las herramientas y capacidades suficientes para hacerles frente.

¿Qué podemos hacer al respecto? En el Congreso de la República hay tres proyectos de ley relacionados con el Sistema Nacional de Control y el rol de la Contraloría General de la República. Estos proyectos pretenden modificar el marco normativo de la Contraloría sobre sus facultades sancionadoras, la inmovilización y custodia temporal de documentos, y los Órganos de Control Interno. Sin embargo, ya es hora de que se inicie una verdadera reforma del sistema, en lugar de estar “parchando” un marco normativo respecto del cual hay la opinión generalizada de que necesita ser modificado para cumplir sus fines a cabalidad.

Así, esta gran reforma debe implicar necesariamente el fortalecimiento estructural de la Contraloría General de la República a través de una profunda reingeniería que se oriente más al control del desempeño que al control financiero y de cumplimento. Ya sabemos de las limitaciones y los “incentivos perversos” que presentan las auditorías de cumplimiento, en las que todos hemos sufrido el famoso “cumplo, pero miento”.

Un segundo frente es fortalecer más el control interno que el externo, y los controles preventivo y concurrente más que el posterior. Así el éxito del sistema no se mediría por el número de denuncias efectuadas, sino por el número de acompañamientos exitosos. Complementariamente es muy importante revertir la dependencia informal que hasta el día de hoy tienen diversos Órganos de Control Interno respecto de las instituciones a las que deben auditar o controlar, donde el “trabajador” audita a su “empleador”.

Todos los planes de gobierno y todos los candidatos prometen revisar este sistema. Pero una vez en el Gobierno el día a día les gana, o la voluntad política se desvanece; pese a que es, sin duda, un tema fundamental para repensar el Estado y, desde luego, nuestro país. Por otro lado, hoy necesitamos contar con un marco legal de control excepcional para situaciones como las que acabamos de atravesar, pero lamentablemente este marco no existe.

Entonces, toca construir juntos un nuevo marco legal de control en situaciones de emergencia. Pero también, y en paralelo, un nuevo marco de control que combata a los “otros jinetes” que, bajo el manto de este, están al acecho. estos jinetes son la corrupción o la capacidad de gestión limitada en gobiernos subnacionales, los cuales urge sean combatidos eficaz y eficientemente.

En las próximas entregas hablaremos sobre los otros jinetes que, desde luego, en el Estado ¡son mucho más de cuatro!

Úrsula Letona

 
Úrsula Letona
24 de abril del 2017

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