Los “cornejoleaks” y la salud

Correos electrónicos que revelan estrategia del gobierno ante huelga médica

El 13 de agosto del 2014, algunos ministros involucrados en el escándalo llamado “cornejosleaks” aseguraron, según El Comercio, “que sus decisiones están exentas de interferencias de terceros y se comprometieron a entregar la información referida a los correos en los que se les menciona”, y la ministra Ana Jara afirmó: “lo que ocurre es que el gobierno escucha a todos, a los empresarios, gremios o ciudadanos de a pie”, y que “la agenda de los ministros del gobierno de Humala son públicas”. Sin embargo, al revisar algunos “cornejoleaks” referidos al sector salud constatamos exactamente lo contrario. Veamos:

1.- El correo de la Ministra de Salud al Ministro de Energía y Minas “para requerirle información sobre las zonas de influencia de las compañías mineras, petroleras, etc, para hacer un acercamiento para promover obras por impuestos”.

2.- Ministra de Salud al Premier: “el decano del Colegio Médico del Perú está diciendo públicamente que se está reuniendo con Vladimiro Huaroc. Mucho agradeceré saber si esto es cierto y qué finalidad tiene, de serlo.”

3.- Sobre la entrevista en Radio Nacional al jefe de la Oficina de Dialogo de la PCM, Vladimiro Huaroc, quien declaró, sobre la huelga médica, “que aún hay procesos administrativos y presupuestales que no se han cumplido”, la ministra de Salud escribió: “No es buena idea que se diga que no cumplimos”.

4.- Jesús Vidalón asesor de la PCM le escribió al ministro René Cornejo: “René, sobre el tema de la huelga médica, he coordinado con el Minsa. La estrategia es la que aparece abajo y ya está en ejecución”. ¿Y cual fue la estrategia que se ha cumplido hasta hoy, tras casi 100 días de huelga? Exactamente la que relata el correo: “Centralizar el diálogo en el Minsa, declarar improcedente el anuncio de huelga, declarar improcedente el nuevo pliego de reclamos, enfocar el diálogo con los trabajadores y el gremio, vocería activa y agresiva en los medios de comunicación (ministra y premier por separado), presentar la pretensión de los médicos como injustificada, comunicado público en los diarios de circulación nacional y campaña masiva en televisión y radio sobre las mejoras remunerativas en el marco de la reforma del sector salud”.

5.- De René Cornejo sobre huelga médica: “Tengamos preparada la estrategia para enfrentar este tema. Desde poner seguridad para que no se instalen en las cercanías de la PCM hasta campaña de información para desenmascarar los propósitos políticos que han tenido desde el inicio (lo acordado se está cumpliendo, no hay razón para la huelga, están mintiendo), su falta de legitimidad (tienen poco apoyo y cae cada día más) y una afectación innecesaria a los pacientes. Debemos informar directamente a los líderes de opinión. Cuidemos que en los dominicales no les den cabida y mejor si los desacreditan de entrada”.

Estos ejemplos bastan para desmentir a la ministra Ana Jara: el premier Cornejo nunca recibió al gremio médico, se diseñó una estrategia contraria a la huelga médica, coherente con “no es buena idea que se diga que no cumplimos” y se gastaron más de 100 millones de soles del Estado para desprestigiar la huelga y ensalzar la llamada reforma salarial del gobierno. Estos gastos están acreditados según las resoluciones ministeriales que los autorizaron y, adicionalmente, se ha promovido una política de obras por impuestos a través de mecanismos no convencionales, sin transparencia ni equidad de la información.

Dada las implicancias éticas, económicas y políticas del manejo de la cosa pública, el Congreso de la República tiene argumentos suficientes para investigar los “cornejoleaks”. La Ministra Ana Jara tiene una enorme tarea. Luego de corregir sus desafortunadas declaraciones debería dialogar con el gremio médico, escuchar al Jefe de la Oficina de Diálogo de la PCM respecto a los incumplimientos, resolver la huelga médica y poner a disposición del Congreso y la opinión pública todos los antecedentes, contexto, actos y consecuencias de estos correos electrónicos. Investidura y confianza, sí, pero con personas que reflejen transparencia y honradez.

Por Herberth Cuba García