Jorge Morelli

Londres entre Washington y Beijing

Londres entre Washington y Beijing
Jorge Morelli
27 de abril del 2016

Estados Unidos tiene un plan global para el siglo XXI.

En las últimas décadas Estados Unidos ha asumido un liderazgo en materia de acuerdos de libre comercio, a medida que su hegemonía mundial —posterior a la Segunda Guerra Mundial— se fue desdibujando inevitablemente ante la globalización de las comunicaciones y de las economías. Ahora ha diseñado dos nuevos grandes paraguas para una nueva pax americana en el siglo que comienza, a cien años de la Primera Guerra Mundial y doscientos de la batalla de Waterloo.

Uno de los dos paraguas norteamericanos se abre hacia el Oeste, hacia el Océano Pacífico. El instrumento jurídico es el llamado Tratado Trans Pacífico (TPP), que reúne a una mayoría significativa de estados (incluido el Perú) que tienen costas en el Mare Nostrum del siglo XXI, que antes fue el Atlántico y aún antes el Mediterráneo (en la antigüedad clásica). Pero China y Rusia no han sido invitados.

El nuevo paraguas norteamericano, el segundo, se abre hacia el Este, hacia el Océano Atlántico. Tiene como instrumento jurídico el llamado Tratado de la Asociación Transatlántica para el Comercio y las Inversiones (TTIP). Pero Rusia no forma parte de él.

Es obvio que tanto el TPP como el TTIP son más que tratados de libre comercio, pues involucran el movimiento no solo de bienes y servicios, sino también de capitales y de personas. Es decir, cuestiones propiamente políticas. Son, en suma, organismos políticos, no solo económicos, que incluyen cuestiones de información de inteligencia global.

China y Rusia no son parte de ninguno de los dos paraguas.

Es contra este telón de fondo que hay que colocar el tema de la posible salida del Reino Unido de la Unión Europea, el llamado “Brexit”. La posición de EE.UU. ante esa posibilidad no puede ser más clara: en Londres Barack Obama ha dicho a los ingleses, de la manera menos diplomática posible, que si el Reino Unido sale de la Unión Europea irá al final de la cola de quienes negocian tratados con EEUU.

Pocos meses atrás, de otra parte, estuvo en Londres el primer ministro de China para firmar con el primer ministro británico lo que ambos llamaron entonces una “alianza estratégica para el siglo XXI”. El anuncio incluyó un acuerdo por el cual los bancos londinenses tienen la exclusiva del manejo de todos los negocios en yuanes —la moneda china— no solo en Europa sino en todo Occidente. ¿Constituye esa alianza un desafío al dólar, igual que el dólar desplazó a la libra esterlina hace exactamente cien años?

Nos hallamos a cien años de la Primera Guerra Mundial, en la que surgió la hegemonía estadounidense del siglo XX; y a doscientos de la batalla de Waterloo, en la que nació el siglo del Imperio Británico. ¿Cómo impactará la nueva alianza estratégica de Beijing con Londres en la de Londres con EEUU, con tanta historia detrás?

Ante nuestros ojos se están desplegando los grandes sistemas de alianzas globales en formación para el siglo XXI. Y el fascinante espectáculo es transparente.


Jorge Morelli

@jorgemorelli1

jorgemorelli.blogspot.com

 
Jorge Morelli
27 de abril del 2016

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