Mario Saldaña

Lo suficiente para llegar

Lo suficiente para llegar
Mario Saldaña
04 de junio del 2015

¿Cómo lograr a un tránsito ordenado y pacífico de gobierno en el 2016?

Hace poco proponía que dentro de las reformas constitucionales que deberíamos discutir (por su puesto ante la reiterada evidencia de lo que viene sucediendo con este Gobierno, impregnado de improvisación, ausencia de liderazgo, mediocridad y muy probablemente contundentes casos de corrupción; pero que en poco difieren de administraciones anteriores) es la reducción del período presidencial a cuatro años, dando la opción a una sola reelección inmediata.

Sería desproporcionado alimentar esta propuesta solo por lo ocurrido en este quinquenio. Somos una democracia débil, con casi nulas instituciones y con un capital humano insuficiente en número y calidad para acometer en el aparato del Estado -en general- una aceptable gestión; ya ni me atrevo a hablar de reformas. Digamos que las excepciones (que existen) confirman la regla.

El cambio aludido permitiría oxigenar al sistema sin vapulear tanto la gobernabilidad y premiaría el éxito en el logro de resultados tangibles a favor de la población. Es en ese año adicional, el que estamos por iniciar dentro de poco, donde se muestra a todos los jugadores del partido fatigados, sin piernas, sin voluntad, con pocas esperanzas, y obligados, por ende, a buscar salidas creativas para cumplir con la formalidad de entregar (y respetar) la posta democrática quinquenal.

En concordancia con lo anterior, los siguientes 12 meses nos obligan a todos a actuar con la mayor responsabilidad posible, lo que no quiere decir impunidad ni falta de control ni ausencia de denuncia en el desfile de irregularidades que ya destacan.

Debería suponer, por ejemplo, que este “pato rengo” que es hoy la administración humalista sepa esperar de la oposición lo mínimo para llegar con el motor encendido y en marcha a julio del 2016.

Y del lado de la oposición, sobre todo de la que aspira a sentarse en el sillón de Pizarro el próximo año, a entender que hay urgencias que necesitan ser atendidas y que no pueden ser sometidas (más) a una negociación inconveniente.

Desde ese punto de vista, y en atención a las facultades solicitadas por el Gabinete Cateriano, considero que ese oxigeno mínimo que requiere esta administración está en el rubro de la reactivación de la inversión privada, eliminación de requisitos y agilización de procesos administrativos; y por otro lado, en materia de seguridad ciudadana, a fin de entregar a la ciudadanía un tanto más de evidencia de que sí se puede avanzar en materia de reducción de la criminalidad.

Como contraparte, sería indispensable que la oposición asuma la presidencia del Congreso de la República y el control de dos comisiones cruciales, Presupuesto y Fiscalización. De esa forma, la “línea de crédito” a la gestión humalista se renovaría en forma acotada pero, simultáneamente, la oposición debería estar en condiciones de controlar cualquier “exceso de salida” del Gobierno.

Es el tránsito ordenado y pacífico que quisiéramos ver en los meses siguientes hacia una nueva administración, claro está, si el sentido común y la cordura (que son bienes muy escasos en el Perú) guiaran a nuestros políticos.

Por Mario Saldaña C. (@msaldanac)

04 – Jun – 2015

Mario Saldaña
04 de junio del 2015

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