Libertad para Fujimori

El 70% de la población estuvo de acuerdo con el indulto

Está claro. Un fujimorismo provinciano sueña con la libertad de Alberto Fujimori. Sus sudores de campaña electoral tuvieron ese objetivo. Para ellos, el ex presidente es víctima de carcelería injusta, producto de una persecución implacable y de procesos judiciales manejados políticamente que, al terminar en el Tribunal Constitucional, cierran todos los candados para salir por la puerta grande. Quedan la posibilidad del indulto o la iniciativa parlamentaria.

Todo está en manos de Pedro Pablo Kuczynski, quien ya dijo que no firmaría ningún proyecto con nombre propio. Si Ollanta Humala decide, le quedaría poco tiempo para tramitar el reciente pedido de indulto realizado por el mismo Alberto Fujimori. Ya lo habíamos escrito antes, “si Keiko tiene mayoría en el Congreso, Pedro Pablo tiene a don Alberto Fujimori. Lo que se decida en el recinto parlamentario, por la gobernabilidad, ¿pasará por un acuerdo sobre el inquilino de la DINOES? Digo, ¿no? La malicia es contagiosa”.

El comportamiento de Fuerza Popular es singular: se sitúan al margen del pedido, dicen que no está en agenda, y aseguran que la marcha por la libertad del ex presidente la organizan los simpatizantes y no ellos. No quieren contradecir a su lideresa quien —en reiteradas ocasiones— ha dicho que, si fuera necesario, firmaría un documento para garantizar que no indultaría a su padre de salir elegida presidenta. Sus afirmaciones no sirvieron de nada. Su antivoto siguió siendo firme.

Sobre el indulto, la congresista fujimorista Sonia Echevarría “mostró indiferencia y pidió no pronunciarse sobre tema”, mientras su colega de bancada, Israel Lazo, “aseguró que no solicitarán el indulto, puesto que sería aceptar la culpabilidad del ex presidente”. ¿Quiso decir que Alberto Fujimori acepta ser culpable de todas las acusaciones?

Quienes salen a manifestarse por la libertad de Fujimori representan al Perú de los abandonados, quienes vieron al ex presidente como su par, ocupando la más alta magistratura de un Estado que no conocen. Representan a todos los olvidados que todavía esperan que la autoridad resuelva sus problemas construyendo más colegios, postas médicas, reservorios de agua y carreteras de penetración para sus comunidades. Precisamente en lo que Fujimori cumplió largamente. Por todos lados hay especulaciones de todo tipo. Ollanta Humala tiene a su hermano Antauro en la cárcel. ¿Tendrá el coraje necesario para indultarlo junto a Fujimori? Ya lo sabremos.

El indulto vuelve a ser un tema que aviva a un 70% de la población, que en su momento lo vio con buenos ojos. El sabor amargo de la derrota —que todavía no asimila un sector del fujimorismo— no ayuda. Las declaraciones peliches de los “recién conversos”, menos. Todavía no hay conciencia clara de que el enemigo principal no es PPK ni su gabinete “tecnócrata y neoliberal” —como dicen los adversarios de la izquierda—, sino una izquierda cruda y ruda que se abrirá paso para impedir que el quinquenio “derechista y proempresarial” tome vuelo. Si Fuerza Popular se convierte en furgón de cola de esa ideología caduca, se estaría oponiendo al crecimiento y desarrollo peruano, y al futuro del país.

Que nuestra historia llena de traiciones no se siga repitiendo. Que el juramento singular de algunos congresistas haya sido solamente un evento en el calor del momento, para la platea y para los electores duros de cada uno de ellos. Seamos ambiciosos. El Perú es más que indultos y pasiones desbordadas.

¡Felices Fiestas Patrias! ¡Libertad para Fujimori!

Manuel Gago