Carlos Arnillas Denegri

Las tareas de Vizcarra

Las responsabilidades del nuevo jefe de Estado

Las tareas de Vizcarra
Carlos Arnillas Denegri
29 de marzo del 2018

 

Después de muchos rumores y especulaciones, la ciudadanía recibió con serenidad y alivio el cambio de mando presidencial, aguardando con gran expectativa las medidas que adoptará Martín Vizcarra, marcando el ritmo de lo que será su gobierno en los próximos tres años y medio que restan. De inmediato tendrá ésta semana para conformar su nuevo gabinete ministerial, con técnicos calificados y políticos que, ojalá, contribuyan a tender puentes de entendimiento con los partidos de la oposición, así como para desarrollar una exitosa gestión.

La lucha frontal contra la Inseguridad Ciudadana, la reforma de la Educación y la optimización de los sistemas de Salud Integral, sobre todo en los sectores menos favorecidos de la población, son tareas que deberá asumir de inmediato el nuevo Jefe de Estado para calmar las encrespadas aguas en la población menos favorecida, que viene perdiendo la paciencia debido a la desidia y olvido de los anteriores gobernantes

En paralelo, deberá tender puentes de diálogo con el empresariado, con el fin de restablecer la confianza y seguridad, garantizándoles estabilidad jurídica y política para fomentar la inversión y reactivar la economía. Del éxito de dicha gestión dependerá superar la crisis, permitiéndole al país crecer este año un poco más del 3%, o sea un punto menos de lo que se previó.

Otra tarea pendiente de solución es el de la “Reconstrucción con Cambios” de las zonas devastadas por los fenómenos naturales hace más de un año. Las falsas promesas y las fallidas iniciativas, resultaron un canto de sirena para miles de damnificados que aún siguen viviendo en condiciones precarias y en pésimas condiciones de salubridad, principalmente en el norte del país, donde los sistemas de agua potable y alcantarillado colapsaron y las calles y avenidas siguen deterioradas.

Para emprender con éxito éste gran compromiso, Martín Vizcarra, requerirá del apoyo sincero e incondicional del Congreso y de los partidos políticos, ya que el Perú está harto de las confrontaciones y de las luchas bizantinas, que a nada bueno nos han conducido hasta ahora.

La credibilidad en los parlamentarios apenas supera el 14% en la aceptación popular. Más del 85% rechaza a los políticos, realidad que los obliga a poner las barbas en remojo. El pueblo espera la unidad entre todos los peruanos, para que en conjunto podamos salir adelante, ésta es una lección que nos la viene dando la Selección Peruana, con los resultados ya conocidos.

El nuevo mandatario prometió -en su discurso inaugural- fomentar la concertación y crear puentes de entendimiento con la oposición, gesto que el pueblo aplaude y aprueba, porque sobre cualquier interés está el de la patria.

Así mismo, anunció una lucha sin cuartel contra la “Corrupción”, garantizando la independencia del Poder Judicial y el Ministerio Público, para que cumplan el importante rol de administrar Justicia, en todo el sentido de la palabra… “Caiga quien Caiga”.

En ese propósito, los miembros de su gabinete deberán contribuir seleccionando técnica y minuciosamente a los gerentes, funcionarios y colaboradores para poner fin, definitivamente, a la corruptela enquistada desde hace varias décadas en el aparato estatal. Debe respetarse a los profesionales probos con excelentes hojas de servicio, que casi siempre son marginados por el famoso “Tarjetazo”, que debería erradicarse definitivamente en el aparato público, si es que verdaderamente se quiere recuperar la credibilidad perdida.

Martín Vizcarra, viene obrando con prudencia y con un estilo diferente de gobierno y ojalá en ese camino nos haga olvidar pronto la anécdota e irresponsabilidad que caracterizaron al efímero mandato de PPK, hoy sumido en serios problemas con la Justicia ordinaria.

La tarea será ardua pero no imposible de cumplir. Todo dependerá de la serenidad y sinceridad con que el nuevo mandatario lleve a cabo su tarea de recuperar la senda de crecimiento en democracia, que se ha mantenido en el país, a pesar de la corrupción y los escándalos provocados por los 4 últimos gobernantes. No puede haber borrón y cuenta nueva. Las autoridades tienen que actuar con firmeza y equidad. Sólo con ello podrá recuperarse la confianza y la esperanza de un pueblo que espera con avidez cambios saludables en la conducción de la nación.

 

Carlos Arnillas Denegri
29 de marzo del 2018

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