Franco Germaná Inga

Las opciones de PPK

Las opciones de PPK
Franco Germaná Inga
20 de junio del 2017

¿Cómo gobernar con una oposición mayoritaria?

El futuro del ministro de Economía, Alfredo Thorne, es incierto. Ciertamente tiene una posición complicada debido a la publicación del audio de una conversación que él sostuvo con el contralor, en la cual parece ser que Thorne habría utilizado el nombre del presidente para solicitarle a este alto funcionario un informe favorable sobre el aeropuerto de Chinchero, en contraprestación de un mayor presupuesto público para la Contraloría. Ante la avalancha de críticas, PPK tenía tres opciones: (i) luchar por la permanencia del ministro, (ii) que el Ejecutivo se encargue de su salida (pedirle su renuncia o despedirlo) o (iii) dejar que el Legislativo se encargue de esa salida (censura o retiro de confianza). ¿Qué eligió el presidente? ¿Fue la mejor opción? Toda elección tiene pros y contras, así que sopesemos las opciones que tuvo el presidente.

Si el presidente se decidía por la primera, iba a verse en la incómoda situación de tener que defender un accionar cuestionable de su ministro, lo que iba a desgastar más su popularidad —la cual vuelve a estar en bajada—, se iba a generar un mal precedente e iba a ocasionar una escalada en la confrontación con la oposición. Por otro lado, iba a tener un beneficio tangible: iba a demostrar tenacidad frente al Congreso, su mensaje a este poder del Estado iba a ser: “Te hago el pare, no daré mi brazo a torcer”.

La segunda opción tenía el aspecto negativo de que iba a dar la imagen de ser un presidente débil que hace lo que el Congreso quiere. Sin embargo, con el beneficio de ser la solución más rápida a este impase político, lo que le permitiría voltear rápidamente la página para ponerse a trabajar en los asuntos importantes del país y tener la oportunidad de mostrar logros concretos que eventualmente harían que su imagen mejore.

La tercera opción, era la más osada de todas. El costo era claro, elevaría la confrontación con la oposición, porque esta se verá en la incómoda pero coherente (con su discurso) posición de tener que forzar la salida de Thorne. El beneficio de este proceder era desprestigiar a la oposición, tildarlos de obstruccionistas, para así tratar de rescatar su aprobación y mantener una cobertura mediática favorable.

¿Qué decidió PPK? Hay quien diría que eligió la primera opción al mostrar su respaldo al ministro, y teniendo en cuenta que este declaró que no renunciará. Sin embargo, considero que esta lucha por salvarlo es más bien una simple coartada, debido a que de las declaraciones de los voceros fujimoristas, se podía prever una inminente censura. Dicho de otro modo, parece ser que PPK ha elegido la tercera opción: tirarle la papa caliente al Congreso y responsabilizarlo por la salida de Thorne. Esta teoría adquiere más fuerza si se tiene en cuenta que el ministro ha solicitado una cuestión de confianza al Parlamento, la cual tendrá que ser votada en la próxima sesión del pleno (esta semana).

¿Cuál era la mejor opción para el presidente? Considero que la tercera. En caso contrario, el mensaje que iba a entender la oposición era que tenían frente a ellos a un presidente débil, que está a merced del Congreso. Sacrificando a Thorne, PPK además se aseguraría que Basombrío se mantenga como Ministro del Interior al menos momentáneamente, puesto que el fujimorismo, por más hambre que le tenga, no se va a atrever a forzar la salida de dos ministros en tan poco tiempo.

¿Cuál era la mejor opción para el país? Curiosamente, no fue la que tomó el presidente. Al Perú le conviene la paz, la estabilidad y la gobernabilidad. La opción que garantizaba ello era aceptar el costo político del error de Thorne, reemplazarlo y convocar otra cumbre PPK - Keiko Fujimori, tras el fracaso de la primera. Es momento de que el gobierno replantee su estrategia de alianzas y que ambas partes bajen el tono de su retórica.

 

Franco Germaná Inga

@FrancoGermana

Franco Germaná Inga
20 de junio del 2017

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