Franco Germaná Inga

Las Fiestas Patrias y el autoritarismo

Las Fiestas Patrias y el autoritarismo
Franco Germaná Inga
25 de julio del 2017

Comentario sobre encuesta de segmentación ideológica

“El Perú desde este momento es libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende. ¡Viva la patria! ¡Viva la libertad! ¡Viva la independencia!"

Esta semana celebraremos 196 años de vida republicana, razón por la cual es conveniente analizar si hemos internalizado los valores propios de una sociedad democrática. Al respecto, resulta interesante revisar la encuesta de segmentación ideológica que realiza anualmente Pulso Perú, y advierto desde ya que los resultados no son nada alentadores. Resulta que la tendencia desde el 2015 es que el sector de la población que se declara autoritario aumente sostenidamente. Cabe resaltar, que según los términos de la propia encuesta, un “autoritario” es alguien que “cree que el Estado debe regir sobre todas o casi todas las cuestiones, anteponiendo siempre el bien común al individual”.

En concreto, el 2015 solo el 39.5% de los peruanos se consideraban autoritarios; no obstante, el 2016 esa cifra aumentó a 39.9% y el 2017 a un sorprendente 45.8%. Es más, en la encuesta de 2017, un 51% de limeños se considera autoritarios; es decir, al menos una de cada dos personas en la capital tiene esta visión política. Sin duda alguna es preocupante que exista una tendencia al alza de los autoritarios, debido a que ellos favorecen políticas que no están acordes con el espíritu democrático, tales como recortar la libertad de expresión.

Aceptando esta cruda realidad, cabe preguntarse ¿por qué en pleno siglo XXI crece el autoritarismo en el Perú? A priori, muchos podrían decir que no existen razones para ello, puesto que si bien el crecimiento económico se ha frenado, nuestra economía sigue creciendo aunque a un ritmo mucho menor. Sin embargo, creo que la clave del crecimiento del autoritarismo reside en la crisis político institucional que atraviesa nuestro país. No es normal que tengamos a un ex presidente sentenciado a 25 años de cárcel, a otro prófugo de la justicia y a otro con prisión preventiva por 18 meses. La gente ha dejado de creer en los políticos, ya se hartaron y los han mandado bien lejos, a donde ustedes ya saben.

Frente a esta situación, cada vez es más probable que el 2021 gane alguien con un discurso anti establishment, que pregone encerrar a todos los políticos tradicionales, que prometa mano dura y que tenga un estilo populista. La moraleja de esta historia, es que para construir un país estable no basta con llenar las arcas públicas, sino que también hay que llenar las arcas morales de la nación. En caso contrario, cualquier lobo disfrazado de oveja puede ganar una elección y el pueblo reaccionará luego con ira. Francamente, a estas alturas —y a pesar de discrepar con ellos— entiendo el desencanto de los autoritarios.

 

Franco Germaná Inga

@FrancoGermana

 

Franco Germaná Inga
25 de julio del 2017

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