Las fake news y las vacunas

“Hoy tú tienes más poder en la yema de los dedos que las generaciones enteras. La pregunta es ¿Qué vas a hacer con él?” Este comercial de Microsoft ha estado sonando fuertemente en Youtube durante todo el fin de semana, mientras una de las noticias que ha recabado la atención en la comunidad farmacéutica ha sido la desaparición de un epidemiólogo estadounidense llamado Timothy Cunningham. Las noticias falsas han corrido como la pólvora y las teorías conspiranoicas han poblado las redes sociales.

En las páginas antivacunas se especula que las grandes farmacéuticas han hecho desaparecer a Timothy por dar una supuesta entrevista en la que afirmó que la temporada catastrófica de gripe había sido causada por la vacuna desarrollada para este año. En esa misma página antivacunas puedes encontrar otro tipo de teorías, desde la clásica insania “las vacunas han causado una epidemia de autismo” hasta las que simplemente te hacen perder la fe en la humanidad afirmando que las vacunas son la causa de la creciente violencia en el planeta.

Esto es lo que se está haciendo con todo ese poder, con toda la información y tecnología disponible en la punta de nuestros dedos. Debe ser descorazonador para Bill Gates, un apasionado defensor de las vacunas, adentrarse en la web y darse de narices con tal nivel de desinformación. No importan los artículos científicos, no importa la opinión de los pediatras, no importan los datos de inmunización si hay un video en Youtube con un titular sensacionalista: “Mujer que recibió la vacuna de la gripe adquiere un raro síndrome que solo le permite caminar hacia atrás”.

Bill Gates, Melinda Gates y su fundación pasan meses trabajando filantrópicamente en las aldeas más aisladas de la India y África, llevando vacunas, cadenas de refrigeración y educando a la población sobre la inmunidad de grupo y la polio. ¿Se imaginan que siente cuando un iluminado antivacunas que vive plácidamente en Estado Unidos sube a Youtube un video con el texto “La vacuna de Bill Gates en realidad ha paralizado a miles de niños”? Sin comprobar los datos, sin citar medio artículo científico, el video es compartido masivamente. Con cada clic el trabajo de la Fundación Bill and Melinda Gates se va al tacho.

La problemática de las vacunas ha trascendido las redes sociales. En el horario estelar de la televisión se va a discutir uno de los llamados problemas del primer mundo. Un grupo de padres de familia antivacunas salen reclamando su derecho a decidir sobre el número de vacunas que recibe su hijo. “¿Por qué tienen que darle protección contra enfermedades ya erradicadas en nuestro país? Debería ser yo quien decida”. Qué admirable que es el arte de la diplomacia y la santa paciencia. Veo la cara de los entrevistadores y panelistas que vuelven a intentar explicar los signos evidentes de la globalización, el porqué las vacunas afectan a toda la comunidad y cómo las posibilidades de contacto entre niño susceptible e inmunizado decrecen con una mayor tasa de vacunación en la comunidad. Cualquier tipo de evidencia científica es ignorada. Los padres quieren poder tener la última palabra sobre las vacunas de sus hijos. Veo la mirada perdida del virólogo y sé que muy en el fondo les quieren lanzar un libro de inmunología en la cara y preguntarles si sus hijos han ido a Disneylandia.

Basándonos en la evidente ignorancia de toda evidencia científica ¿Deberían los gobiernos tener el poder de dictaminar que las vacunas son obligatorias?