Marco Sipán

Las ambiciones de Marco Arana

Las ambiciones de Marco Arana
Marco Sipán
07 de septiembre del 2016

Movidas políticas al interior de la izquierda

En el proceso electoral pasado, dentro del campo político de la izquierda, Tierra y Libertad planteó una estrategia de acumulación que sostuvo al Frente Amplio, espacio surgido de una confluencia de varias organizaciones y que se hizo trizas tras la debacle reeleccionista de Susana Villarán. Tierra y Libertad se presentó como una fuerza renovadora y que, junto a pequeñas organizaciones, logró presentar la candidatura de Verónika Mendoza tras complicadas elecciones internas. Una candidatura que se volvió expectante tras los retiros de las candidaturas de César Acuña y Julio Guzmán. Aparecieron oportunidades electorales y la izquierda se unificó. El Frente Amplio casi pasa a la segunda vuelta y Mendoza fue legitimada como líder unitaria y con claras posibilidades de ganar el 2021.

Pero las tradicionales organizaciones de izquierda fueron derrotadas dentro del espacio de la izquierda. Parecía que el Frente Amplio, con sus propios ritmos y discursos, construía su propuesta política curado del sectarismo y el caudillismo que tanto criticaban. No ha pasado seis meses de la primera vuelta y a poco más de un mes de iniciado el nuevo gobierno, se ha generado una crisis política tras la decisión de retirar a Pedro Francke y Marisa Glave acusándolos de no asumir las decisiones de Tierra y Libertad, sin embargo ambos fueron elegidos en el congreso del Frente Amplio, y si bien forman parte de la dirección de Tierra y Libertad, sus funciones fueron designados por el Frente Amplio. Así que no corresponde a la dirección política de Tierra y Libertad tal decisión, que no es más que un indicador de lo que sucede al interior de esta organización.

Pero, ¿por qué estas acciones de la dirección de Tierra y Libertad que lidera Marco Arana? No hay más respuesta que las ambición de Arana de ser el próximo candidato de la izquierda para la presidencia del país. Para ello plantea una estrategia válida de reordenamiento de su espacio al interior de Tierra y Libertad, desgasta a su competidora y prepara en tiempos de paz el éxito de su guerra por la candidatura presidencial. Sabe que Francke y Glave han tenido una actitud más amplia en la coordinación, intentando siempre extender el frente bajo la dirección de Tierra y Libertad y el liderazgo de Mendoza. Una posición que se enfrenta a la visión de Arana quien hoy, muchísimo tiempo antes de la batalla electoral, hace una jugada fuerte y rápida, como lo exige la política para que realmente le sea efectiva.

Todo estos hace pensar que retornan las viejas enfermedades de la izquierda: el caudillismo y el sectarismo. Sin embargo, lo que retorna es la política real, la que hay, la que tanto criticaron Arana y Tierra y Libertad. Sus intereses y principios son los que determinan sus decisiones; su liderazgo ha sido demostrado con su asunción como vocero de bancada, y con el respaldo de la dirección de su partido. El error no es de él ya que —como Santos y Cerrón— sigue acumulando poder y desarrollando estrategias para ganar esa candidatura. El error pasa más por la gente que acompaña a Mendoza, quienes se han quedado dormidos; siendo su única estrategia la confianza en los que ellos creía sus leales aliados, quienes hoy la dejan de lado.

 

Marco Sipán

 
Marco Sipán
07 de septiembre del 2016

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