Juan José García

¿Las AFP quintaesencia del sistema previsional?

¿Las AFP quintaesencia del sistema previsional?
Juan José García
12 de noviembre del 2015

Un balance sobre los sistemas previsionales y sus objetivos.

Los sistemas de seguridad social son mucho más antiguos de lo que la mayoría piensa. Éstos tuvieron como punto de partida a la Ley del Seguro de Enfermedad, promulgada en 1883 por el canciller alemán Otto Von Bismarck. Desde entonces, dichos sistemas han sufrido varios cambios y han sido adoptados por casi la totalidad de países del mundo. ¿El objetivo? Proveer a los afiliados beneficios de cuidados médicos, jubilación, seguros de desempleo y viudez. En el Perú, el sistema previsional forma parte del sistema de seguridad social y es manejado de dos formas.

Por un lado, el Sistema Nacional de Pensiones (SNP) es gestionado por la Oficina de Normalización Previsional (ONP), bajo una modalidad en donde los afiliados deben aportar mensualmente el 13% de su sueldo bruto a una bolsa común, la cual que será repartida entre la totalidad de pensionistas. En la práctica, dichos aportes son insuficientes para cubrir todas las necesidades de los afiliados, por lo que los contribuyentes subvencionamos con casi S/. 6,000 millones anuales dicho sistema – monto que por cierto equivale al 145% del presupuesto del MINSA. Asimismo, un afiliado a la ONP solo podrá aspirar como máximo a una pensión de S/. 880 mensuales.

Por otro lado, el Sistema Privado de Pensiones (SPP) es gestionado por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), bajo una modalidad en donde los afiliados aportan aproximadamente el 13% de su sueldo bruto a cuentas individuales, las cuales serán gestionadas a fin de generar rentabilidad que permita tener la mayor pensión posible en el futuro. Existen diversas formas de gestión para las cuentas individuales, según el apetito de riesgo de cada afiliado. A diferencia de la ONP, dichas instituciones no están en déficit.

Entonces, ¿las AFP son la quintaesencia del sistema previsional? No necesariamente, puesto que éstas instituciones, a pesar de los más de veinte años de experiencia, el apoyo del Estado y las comisiones elevadas, han fracasado en su principal objetivo: asegurar la vejez los afiliados. Según Richard Webb, solo uno de cada siete trabajadores cotiza cada año y, entre los afiliados que aportan irregularmente, la mayoría nunca aporta. Es evidente que la cobertura que se proveerá a los futuros jubilados será solo una fracción del objetivo deseado.

Otro factor importante a considerar es que la obligatoriedad de afiliación al sistema previsional incentiva, de alguna manera, la informalidad. Si bien los trabajadores formales sufren varias retenciones, la que más malestar genera es la destinada al sistema de pensiones. Esto se debe a que dicha retención es la más onerosa, pero los beneficios del servicio brindado solo son percibidos en el muy largo plazo. Al final, esta característica (la obligatoriedad) funciona como una barrera a la formalización laboral. ¿Deberíamos reevaluar el actual sistema previsional? Sin duda alguna.  

Por: Juan José García.

Juan José García
12 de noviembre del 2015

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