María Cecilia Villegas

La última ficción del marqués

La última ficción del marqués
María Cecilia Villegas
07 de mayo del 2015

Enfoque crítico del reciente artículo de Mario Vargas Llosa sobre política peruana.   

A raíz del pedido de facultades que habría anunciado el Presidente del Consejo de Ministros (PCM), diversos analistas políticos, con cierto grado de pesimismo, advierten que esto no sería más que una estrategia de la pareja presidencial para buscar disolver el Congreso. Alguno llega incluso a sostener que no necesariamente el Presidente se molestaría en convocar a nuevas elecciones parlamentarias. Como si ello fuese posible. No lo fue siquiera el 5 de abril, cuando el Perú fue obligado a negociar la convocatoria al Congreso Constituyente.

Dichos analistas políticos parecen haber dejado de lado variables que es importante considerar. Primero, la presión que ejercerían las instituciones internacionales; la desaceleración económica que comienza a sentirse, la frustración de los ciudadanos por la falta de capacidad del Estado, la percepción de inseguridad y la corrupción endémica implantada en el país. Y a diferencia de lo que podría haber ocurrido cuando Hugo Chávez lideraba el socialismo del Siglo XXI en Latinoamérica, dudo mucho que Venezuela, Brasil o Argentina tengan la capacidad de salir a sostener a la pareja presidencial.

Mientras tanto y desde la esquina izquierda, donde decidió ubicarse desde las elecciones presidenciales del 2011, el marqués garante Vargas Llosa, en su último artículo, sale en defensa del gobierno y sus ministros. Y mientras uno lo lee no está seguro de si se trata de un artículo de opinión, o si no es más que otra de sus obras de ficción histórica.

Y es que a partir de, por ejemplo, el informe en minoría presentado por tres integrantes la comisión de Inteligencia del Congreso sobre los presuntos reglajes que realizó la DINI uno se pregunta, ¿será que el marqués lee periódicos peruanos? ¿Cómo es posible que sostenga que en la sesión donde se censuró a la ex PCM Ana Jara, él se haya sentido abrumado por los niveles de ignorancia y demagogia al que pueden llegar algunos legisladores? Y no porque eso no sea posible, que de ignorantes y demagogos está plagado el legislativo, sino por el hecho de buscar liberar de responsabilidad a Jara por el uso indebido de recursos del estado para el seguimiento ilegal de ciudadanos.

Como bien recordaba ayer el Director de Peru21, Juan José Garrido, ¿por qué se está dejando pasar por agua tibia las relaciones del nacionalismo con el crimen organizado? Y no es que se trate solo de Nancy Obregón y Elsa Malpartida, dirigentes cocaleras con vínculos con Sendero a quienes Humala llevó al Congreso. ¿Qué pasó con López Meneses, con Belaunde Lossio, con los dineros de Venezuela y Brasil?  De todo ello, el marqués prefiere no opinar.

El marqués, al criticar al Congreso por la censura de Jara y felicitar al presidente Humala por el nombramiento de Cateriano, le da la razón a Hernando de Soto cuando sostiene que en el Perú tenemos una democracia electoral en la que, en elecciones relativamente libres, elegimos a un dictador que gobernará los siguientes cinco años. Ni siquiera el marqués está dispuesto a aceptar un sistema que limite el poder de la pareja presidencial.

Y de pronto el marqués sostiene “lo más notable, una insólita paz y clima de convivencia parece haberse instalado de pronto en un país que hace muy poco parecía al borde de un golpe de Estado o una guerra civil.” Y ahí uno se convence de que efectivamente es un artículo de ficción.

Por Ana Luisa Guerrero
07 - May - 2015  

María Cecilia Villegas
07 de mayo del 2015

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