La teología de la prosperidad en las nuevas ciudades emergentes

El desborde popular capitalista en la periferia de Lima

Una de las fuerzas que sustentan el proceso de transformación de las barriadas en nuevas ciudades emergentes* es el supuesto antagonismo entre la solidaridad y el mercado, con una síntesis que da origen a lo que se denomina “ciudad espontánea”. Quienes desde las ideas o —mejor aún y más claro— desde los hechos mismos, evocan la solidaridad en oposición al mercado, apuestan a favor de esta síntesis que —supuestamente y en forma inevitable— impone lo solidario.

La realidad dice algo muy diferente. Cuando hace algunos años los ciudadanos de Villa El Salvador, prototipo de ciudad solidaria y autogestionaria, definieron en consulta pública la visión de su ciudad, dejaron de lado el concepto de “lucha contra la pobreza” y prefirieron postular el de “creación de riqueza”. Antes de la consulta el discurso oficial ponía énfasis en las experiencias de desarrollo local comunitario, ligadas a los principios de la economía solidaria. Era el paradigma de “lucha contra la pobreza”. Sin embargo, los mismos ciudadanos, haciendo valer sus propias experiencias de desarrollo local, según la extendida praxis de economía popular, demostraron lo contrario y convirtieron en oficial otro discurso: que el éxito no se obtiene “luchando” contra la pobreza, sino sobre todo trabajando con una perspectiva de creación de riqueza.

Con el desarrollo de las barriadas y sus transformaciones, la importancia económica relativa de las nuevas ciudades emergentes se incrementa. El acceso al crédito —que no era posible, salvo con los esfuerzos solidarios a pequeña escala de organismos no gubernamentales y de redes sociales de ayuda mutua entre amigos y parientes— es ahora una realidad con la aparición de un mercado rentable de crédito popular, gracias a entidades especializadas en microcréditos e incluso de los bancos denominados “tradicionales”. Hablamos entonces de “nuevos mercados”. Las prácticas de solidaridad social y de democracia participativa se mantienen, pero dejan de ser dominantes. Las ideas de De Soto son confirmadas en parte, ya que la gente accede a la propiedad privada de su vivienda y negocio, y su interés por modelos socializados de comunidad luce más bien instrumental o retórico. El “desborde popular”, del que tanto se hablaba y que muchos aseguraban llevaría inevitablemente hacia el socialismo, fue y sigue siendo de tipo capitalista. Se definió el nuevo sendero.

Este fenómeno también se aprecia en la religión. Es reconocido el rol que los militantes cristianos tuvieron en la formación de líderes en las nuevas ciudades emergentes, especialmente en el seno de organismos comunitarios. Esto se hizo a partir de nuevas tendencias en la Iglesia católica, tales como la doctrina social de la iglesia y la teología de la liberación. Esta última fue rechazada por sectores conservadores de la Iglesia debido a su inspiración marxista. Pero en los últimos años ha emergido otra corriente cristiana inspirada en la ética protestante analizada por Max Weber, denominada “teología de la prosperidad”. Esta corriente pone énfasis en la responsabilidad individual y podría resumirse en que si Dios provee recursos, entonces con su ayuda se puede asumir la responsabilidad de ponerlos a producir, como en la parábola de los talentos.

El crecimiento de estos grupos, sobre todo en zonas periféricas, ha obligado a reorientar el catolicismo siguiendo esa tendencia “próspera” para hacer frente a la “pérdida” de feligreses. Así, la “teología de la prosperidad” se muestra mucho más potente y alineada con la propia realidad de nuestras periferias emergentes que la caduca, extraviada y conflictiva “teología de la liberación”.

Darío Enríquez

* Enríquez, Darío (2010). La transformation des bidonvilles péruviens en nouvelles villes émergentes : de la solidarité sociale à la création de marchés. Les Éditions universitaires européens, Saarbrücken, Allemagne, Août 2010. ISBN-13: 978-6131518706