Jaime Chincha

Más trenes y menos regiones

Más trenes y menos regiones
Jaime Chincha
07 de noviembre del 2014

Crítica a la decisión del gobierno de aplazar la construcción del Tren de la Costa

El Ministro de Transportes, José Gallardo Ku, sostuvo esta semana que no es momento para empezar a construir el Tren de la Costa, básicamente "por la magnitud de la inversión, a pesar de las mejoras en la economía peruana". Lo dicho por Gallardo, lamentablemente, es una evidencia más de la poca o nula visión de largo plazo que caracteriza al gobierno del señor Humala. Paradójicamente, según me confesó tras bambalinas -aún en funciones- el anterior Ministro Paredes, el Presidente es partidario de echar a andar una red ferroviaria de Alta Velocidad (AVE) a lo largo de la costa peruana. Raya en la ironía entonces que el gobierno se oponga a una red AVE cuando al propio señor Humala le entusiasma la idea.

A fines de octubre, la comisión de Transportes del Congreso aprobó el proyecto ferroviario longitudinal, llamado Tren de la Costa, cuyo recorrido sería inicialmente desde el Callao hasta Sullana y desde Lurín hasta Ica. De hecho, este sería el primer gran paso de una obra con consecuencias inmensamente positivas para el país. Podría mover 57 millones de pasajeros por año a lo largo de seis regiones. Y una vez hecho este tramo, la demanda haría concluir la red desde Tumbes hasta Tacna, sumando a los otros departamentos costeros que faltan (Arequipa, Moquegua y Tacna), convirtiéndose así en el gran medio de transporte entre las zonas más pobladas del país.

El argumento central del MTC para oponerse a la obra es el costo. De hecho, la red Callao-Piura-Lurin-Ica bordea los US$ 10 mil millones. Si la línea 2 del Metro limeño tiene luz verde del Ejecutivo, a pesar que cuesta S/. 6 mil millones y ha sido criticada por expertos como PPK por su elevado costo, bien podría decirse entonces que los casi 1,500 kilómetros de costa que cubriría el proyecto al que se opone el MTC más bien lo justifican. Hay que ser más creativos y menos burócratas para buscar el financiamiento. Pensemos en concesiones, APP, presupuesto compartido con las regiones involucradas, etc. Y no solo para este proyecto, que sería el comienzo de una obra que urge en el país: completar la red a lo largo de los 3,000 kilómetros que tiene el litoral peruano, con grandes estaciones en cada capital de provincia y también con los llamados trenes de cercanías que se conecten con destinos específicos en cada región. En el caso de Lima, el tren costero debería conectarse con la línea 2 del Metro; sin embargo, hay otra entrada por Ancón (rehacer la vieja estación donde se hacía el festival) que serviría de ingreso a la ciudad y que se conectaría con la estación Naranjal del Metropolitano.

Coincido con los congresistas que consideran a este tren es de necesidad nacional. Pero critico furiosamente a los legisladores que acaban de crear dos distritos nuevos en el VRAEM con el pretexto de llevar el Estado a la zona. Nada más falso. Está probado que autorizar la creación de más distritos es continuar con la lógica de "parcelar" el país. Eso de "llevar Estado" es en verdad justificar la desidia y la ineficiencia de ciertos alcaldes y presidentes regionales (desde ahora gobernadores). Esos congresistas no han leído el último informe de la escuela de negocios de la PUCP, que concluye en la necesidad de tener solo 10 regiones y no 26. Que comiencen por Lima y Callao para que vean el tremendo impacto positivo, en eficiencia y gasto, que se produce cuando se conforman regiones y distritos macros.

Así, menos jurisdicciones trae más poblados y caseríos que necesariamente tendrán que verse como un conjunto y no como dos chacras divididas. Hay que convertir en funcionarios públicos a los comuneros, apus y demás líderes locales para que, además de darles representación, sean fiscalizados por la Contraloría, ya que reportan a los gobiernos regionales. Y si a esa reforma de integración política le ponemos grandes trenes que unan las regiones, y que provoquen un tránsito veloz de comercio y turismo (por citar solo dos poderosos argumentos para un mercado interno mucho más sólido), haremos de nuestro país deje de mirarse al ombligo. Voto no solo por un tren costero, voto por un Tren de la Sierra y otro de la Selva. Voto por redes ferroviarias que crucen las tres regiones naturales, por el norte, el centro y el sur. Nos quedan siete años para el bicentenario. La fecha debe ser un buen pretexto para ponerse a trabajar en esta gran revolución.

Por Jaime Chincha
(7- nov - 2014)

Jaime Chincha
07 de noviembre del 2014

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