La resolución judicial sobre el currículo escolar

Sobre el tema del género en el currículo escolar

Hace unos días una sentencia del Poder Judicial, referida al currículo escolar, dio la razón a un grupo de demandantes quienes, en representación de la gran mayoría de padres de familia del Perú, señalaban que había sido vulnerado su derecho constitucional de participar en la educación de sus hijos. La gran mayoría de la prensa peruana no ha protestado contra la resolución, tal vez porque tiene que ver con un reclamo civil totalmente justo; es decir, el derecho de los padres a decidir sobre la formación de sus hijos, sobre todo cuando se trata de la formación en valores. Todos —o casi todos— estaremos de acuerdo en que se trata de algo sacrosanto.

Pero este concepto no lo entiende un sector de la izquierda progresista. Para dicho sector, el Estado tiene la potestad de pisotear esa prerrogativa de los padres y de imponer no solo el orden civil y la ley —lo que es necesario—, sino también valores relativos a la sexualidad y a las relaciones humanas. Es inobjetable que se ha vulnerado un derecho fundamental, porque se quiso forzar la aprobación de un currículo con el que una gran mayoría de la población no está de acuerdo. El Poder Judicial lo ha visto muy claro, pero algunos izquierdistas son incapaces de verlo, o no lo quieren ver.

La periodista Rosa María Palacios ha sido una de las pocas en opinar sobre dicha resolución, específicamente sobre el párrafo anulado, que dice lo siguiente: “Si bien aquello que consideramos femenino o masculino se basa en una diferencia biológica sexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día en nuestras interacciones”.

Existe una corriente global que busca imponer una visión de la sexualidad humana basada ya no en la diferenciación biológica, sino en lo que se llama “género”, que hasta el momento admite más de 100 variantes, según la ONU. Es evidente que hay de por medio una visión ideológica que además es de corte totalitario, porque busca imponerse por la fuerza.

Ahora bien, si dicha corriente no existiera —cosa que es imposible de sostener— la cita del currículo probablemente no tendría problema. Pero la corriente existe, y en ese contexto el citado párrafo es, cuanto menos, muy ambiguo; y puede ser visto como una puerta abierta para introducir paulatinamente en la educación de los niños y los jóvenes una visión que una inmensa mayoría de peruanos no acepta. Los padres de familia, que son los principales responsables de la educación de sus hijos, tienen todo el derecho de pronunciarse sobre ello y de pedir una rectificación. Pero esto para Rosa María Palacios es una “reverenda estupidez”. La periodista descalifica y prácticamente trata de estúpidos a los que no piensan como ella.

Lo verdaderamente problemático es que la cita del currículo escolar no está aislada. Claramente se ha buscado introducir en el currículo un enfoque basado en el género, que a muchas personas inteligentes y preparadas resulta problemático. Y hay razones serias para ello, sobre todo si consideramos el contexto cultural.

Decir que el currículo busca “difundir la homosexualidad” o cosas por el estilo no tiene verdadero fundamento. Pero sí busca establecer en la educación escolar una visión de la sexualidad y de las relaciones humanas que no es acorde con el modo de pensar de la mayoría de la población.

Que quede claro: aquí no hay “psicosociales”, ni un intento de la Iglesia “conservadora” de controlar las mentes de los niños. Eso sí que es una “reverenda estupidez”. Lo que hay es una preocupación legítima y un conjunto de objeciones serias que deben ser atendidas. Nadie, por cierto, pone en discusión el respeto absoluto que se debe a toda persona, y que se deben dar todas las medidas necesarias para evitar cualquier tipo de bullying y de discriminación. Eso ni siquiera está en discusión.

Finalmente, la periodista Palacios también afirma que los diferentes géneros —no los sexos masculino y femenino, sino la gama de géneros que ya son más de 100— “así los hizo Dios”. Pero, ¿no era que se iban construyendo? Parece que ahora el progresismo izquierdista abandona la ciencia y adopta la religión. Me pregunto a qué religión pertenece Rosa María Palacios.

José Tola