Eduardo Zapata

La representación objetivada

La representación objetivada
Eduardo Zapata
27 de abril del 2017

Lo escrito trasciende la existencia de quien lo ha producido

Pero detengámonos un momento. La escritura alfabética que hoy dominamos —o creemos dominar—- en occidente tiene su origen en Grecia. Es hacia el año 800 a.c. que los griegos adoptan el alfabeto fenicio que, perteneciendo al mundo semítico, representaba solo las consonantes, añadiendo los griegos la representación de las vocales. Este alfabeto se transmite a los etruscos y luego a los latinos. Hoy usamos la forma latina de este alfabeto, difundida en Europa por la cultura de Roma.

Más allá de la historia —y teniendo que dejar aquí de lado la tremenda importancia que, como señala Havelock tuvo para Occidente la representación gráfica de las vocales—, ¿qué nos conviene subrayar de estos hechos? Que con el alfabeto fonético el lenguaje es representado de una manera objetiva, autónoma e independiente del emisor, cosa que no sucede cuando la persona habla. La escritura conduce a representar a los sonidos inequívoca e independientemente de quien los emite y aísla el texto escrito del contexto (lo que no ocurre en la lengua oral). Se confiere así a lo escrito una permanencia que trasciende la existencia de quien lo ha producido. Es claro que de esta manera lo expresado se separa de la persona y adquiere una existencia propia. Fija y perdurable.

A la par y casi coincidentemente —en tiempo y lugar— con la invención de la escritura fonética. otro instrumento artificial contribuyó a consolidar el concepto de representación objetivada. Si el intercambio económico realizado en las sociedades orales a través del trueque suponía finalmente un intercambio de subjetividades, la creación de la moneda como representación de un valor alimentó también la categoría de la representación objetivada.

En lo que se refiere a la escritura fonética o específicamente alfabética, ello sucedió en Grecia para unos pocos, pasó a Roma y luego al Occidente cristiano. Con una característica también importante: el cristianismo y su desarrollo codifican la palabra de Dios en texto escrito. Y así, intencionalmente o no, lo escrito se vincula a lo sagrado. Y al ser sagrado se torna indiscutible. Y también inmodificable.

Si la escritura ya de por sí fija lo escrito, tratándose de la palabra de Dios, no cabe ningún tipo de discusión posible. Se va desarrollando así en occidente el concepto de una escritura sagrada y, quiérase o no, todo lo escrito está vinculado a lo divino.

Por mucho tiempo se pensó que la lectura y la escritura en la corte de Carlomagno estaban restringidas al cultivo del arte. Cuando Carlomagno es coronado emperador de occidente, en el año 800 d.c., la organización del Imperio no hubiera sido posible sin los "enviados del Señor" que eran formados en Aquisgrán, en lo que se llamó por tiempo la schola palatina. Eran nobles a quienes el emperador congregaba y enseñaba a leer y escribir eficientemente, y que, luego, eran jefes militares y administradores de las diferentes zonas del Imperio. Saber leer era esencial para comprender las órdenes del soberano y las disposiciones oficiales, que al ser escritas eran indiscutibles e invariables. Escrituralidad y cristianismo conectaban el Imperio. La palabra escrita, sagrada en sí misma, consolidaba el poder.

El proceso continuó. Y se fue haciendo más fuerte. La palabra escrita se hizo más importante. Y esto llegó a su mayor consagración con la invención de la imprenta en el siglo XV. De hecho, el gran Imperio español forjado por Carlos V no hubiera sido manejable sin la escritura. Más aún, sin la imprenta..

Cuando hoy leo en la prensa o las redes sociales voces altisonantes en torno a las causas de la crisis de la democracia representativa —aquí y allá— vienen a mi mente una lúcidas palabras de José Ortega y Gasset: “Cuando los hombres no tienen nada claro que decir sobre una cosa, en vez de callarse suelen hacer lo contrario: dicen en superlativo, esto es, gritan…dove si grida non é vera scienza, decía Leonardo”.

Eduardo E. Zapata Saldaña

 
Eduardo Zapata
27 de abril del 2017

NOTICIAS RELACIONADAS >

Nuestros niños y su cerebro

Columnas

Nuestros niños y su cerebro

  En lo que se refiere específicamente a lo educativo, to...

11 de abril
Una joyita

Columnas

Una joyita

Resultó siendo públicamente una joya. Y de las de &acute...

04 de abril
Confucio y la confusión reloaded

Columnas

Confucio y la confusión reloaded

Hace algunos años una simpática candidata en un concurso...

28 de marzo

COMENTARIOS