Martin Santivañez

La reforma del Poder Judicial

La reforma del Poder Judicial
Martin Santivañez
08 de agosto del 2016

Se necesita una estrategia holística que vaya a la raíz de los problemas

Es muy fácil criticar la calidad de las instituciones peruanas y lanzar anatemas contra la supervivencia de tal o cual organismo independiente. La percepción del Poder Judicial es de las más bajas, y esto tiene que ver con varias razones que escapan al análisis coyuntural, porque se trata es un problema histórico. La reforma del Poder Judicial es uno de los grandes anhelos republicanos y no existe un solo presidente en los últimos treinta años que no haya proclamado, al inicio, en el medio o al final de su gestión que la reforma era imprescindible, un elemento esencial para el buen funcionamiento de todo lo demás.

Lo que suelen olvidar nuestros presidentes es que los problemas del Poder Judicial tienen que ser analizados en un marco más amplio: el de la crisis del Estado invertebrado peruano. En efecto, los problemas de nuestro Poder Judicial son, fundamentalmente, problemas de todo el Estado; y sus particularidades solo pueden ser solucionadas dentro de una reforma integral del Estado. Si bien es cierto es posible encontrar remedios concretos a ciertos cuellos de botella en el Poder Judicial, la crisis, que es estructural y de personas, es la misma que aqueja a todo el aparato estatal.

Por eso, se engaña, y engaña a la población quien proclame que la reforma del Poder Judicial es imprescindible para iniciar la reforma de los otros poderes del Estado. Es exactamente al revés. Para reformar el Poder Judicial, el Ejecutivo, el Legislativo y los órganos independientes del Estado es preciso un plan mínimo de solución de problemas concretos y funcionales de management táctico, pero a la vez una estrategia holística que vaya a la raíz de los problemas estructurales de nuestro Estado. Unos problemas que están ligados al diseño constitucional-legal; pero también, y esto es lo más importante, a la calidad de las personas que ponen en funcionamiento las instituciones.

La calidad del liderazgo es fundamental para resolver los problemas del Estado. Por eso, el liderazgo reformista debe reconocer que frente a él existe no solo un conjunto de reglas de juego publicadas por El Peruano, sino también un grupo muy concreto de personas que serán “reformadas”. Algo tendrán que decir los reformados sobre la reforma, ¿no?

La evidencia demuestra que, en gestión pública, es fundamental contar con los stakeholders al momento de iniciar un proceso de cambio. Si no se cuenta con el apoyo de los interesados (y los miembros del Poder Judicial están interesados en este tema, por supuesto), es imposible una reforma cabal que solucione problemas estructurales, desde la raíz. Siempre es posible maquillar, pero arreglar los fallos estructurales, refundar y reconducir una unidad de gestión implica un acuerdo con los interesados o, en su defecto, caeremos en el adanismo estéril e ineficaz.

Todo esto se debe tener en cuenta al hablar de la reforma del Poder Judicial. Con los miembros del PJ todo es posible. Sin ellos, nada se alcanzará de verdad.

Martín Santiváñez Vivanco

 
Martin Santivañez
08 de agosto del 2016

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