Dante Bobadilla

La política en un mundo “socialconfuso”

La política en un mundo “socialconfuso”
Dante Bobadilla
14 de abril del 2016

Los excesos de la representatividad política

En el siglo pasado la política tenía otro aspecto. Se sustentaba en partidos políticos, y estos en idearios que respondían a corrientes de pensamiento mundiales, como el comunismo, el socialismo, la socialdemocracia, el socialcristianismo, el liberalismo, etc. Los partidos estaban llenos de pensadores de talla y había debates de ideas. La permanente irrupción de los militares en la vida política nacional impidió la maduración de los partidos y tornó imposible la formación política de la sociedad. Más aún, el siglo terminó con una feroz campaña contra los partidos políticos y contra la política en general, y las ideas fueron dejadas de lado.

En el presente no existe nada ni remotamente parecido a la política del siglo pasado. Hoy la política está a cargo de puros improvisados sin norte ideológico. Los partidos que lideraron la última elección más parecen clubes de fans; nadie adivinaría cuál es su ideario político, si tienen alguno. De lo que oímos decir a sus miembros parece que solo son activistas de causas nobles, pues todos son “luchadores” y “defensores” que apoyan alguna causa concreta: los niños, el no nacido, las mujeres, los minusválidos, etc. Su sentido de la política es el de una labor de filantropía y conciben al Estado como una gran beneficencia pública cuya misión-visión es “resolver los problemas de la gente”. Ya no se defienden ideas sino causas. No se exhiben argumentos sino lemas; no se debate, se posa.

El sentido original de la representación política en el Congreso fue “representar” ideas. Pero en el mundo moderno, a falta de ideas se intenta dar representatividad a todo; por ejemplo a los sexos, y se busca el igualitarismo sexual. ¿Para qué? No lo sé, francamente. Si van a votar por un impuesto ¿qué más da si votan hombres o mujeres? El mundo moderno es todo un misterio. Se pretende representación por edades, en busca de que haya más jóvenes. ¿Por qué? No se puede saber. Es solo una causa linda. También quieren representación de personas con alguna discapacidad. El cartel de un candidato decía “Un ciego al Congreso”, como si fuera un mérito ser ciego. Aunque en un mundo donde el igualitarismo es una de las causas más lindas, los méritos ya no importan. La gente cree que la representación política consiste en hacer del Congreso una especie de Arca de Noé, donde todas las especies deben estar representadas “por igual”.

Hay una gran confusión acerca de la representación política. Pretenden crear “oficinas descentralizadas” para que el congresista “esté en contacto con la población”, asumiendo que su labor es de tramitador de necesidades. ¿Acaso no tienen correo electrónico? Lo tienen, pero no lo usan. En 2010 me tomé el trabajo de remitir 40 correos electrónicos a los 40 miembros de la Comisión de Salud mostrando mis objeciones puntuales al Plan Nacional de Salud Mental, y ni un solo congresista tuvo la delicadeza de responder. Y ahora quieren “oficinas descentralizadas para estar en contacto con la gente”. Mejor sería que aprendan a responder su correo electrónico, para empezar, y dejar de gastar en poses inútiles.

Por otro lado, escucho a una diva de la TV decir que “el modelo ha fracasado porque aún hay mucha gente que tiene necesidades”. ¿Quién le dijo a esta señorona que un modelo tiene que satisfacer las necesidades de toda la gente? ¿Desde cuándo la política consiste en crear un paraíso donde ya no existan necesidades? Ese “modelo” que pretende crear el paraíso en la Tierra se llamó comunismo y sí, efectivamente, fracasó. Esto muestra la ignorancia que hay sobre lo que es la política en general, y sobre lo que es un modelo económico que se sustenta en el mercado libre antes que en una burocracia reguladora. No solo hay ignorancia, sino que esta ha sido recubierta con poses lindas que la hacen encantadora. Los medios le dan pantalla y micrófonos a cualquiera para que predique su miseria conceptual con aires de genialidad. Es hora de aclarar los conceptos básicos de política o nos extraviaremos en un mar de improvisación e ignorancia generalizada. No se puede construir una nación con puros defensores de causas lindas y con paparrucheros del discurso progresista socialconfuso.

Dante Bobadilla

 
Dante Bobadilla
14 de abril del 2016

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