La píldora del día siguiente (AEO) en debate

Se necesita una política pública de prevención sexual

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la tasa de embarazo adolescente por primera vez fue de 14.6% en 2014. No obstante, teniendo en cuenta que se tiene información desde 1996, esta cifra ha ido en un ligero aumento con el paso de los años. Así, en 1996 la tasa era de 13.4%; luego, en 2011, la cifra se redujo a 12.5%, para finalmente aumentar en 2014. Asimismo, la incidencia de embarazo adolescente varía drásticamente según el área de residencia. En el área urbana, la tasa es de 10.2%; mientras que en el área rural es de 21.5%.

¿Por qué estas cifras? Hace un par días el Primer Juzgado Constitucional de Lima dictó una medida cautelar a favor de la entrega del anticonceptivo oral de emergencia (AOE), o píldora del día siguiente, de manera gratuita en los centros de salud públicos del país. Además, en esta decisión se estableció que el Ministerio de Salud distribuya este medicamento en todos los centros de salud a nivel nacional en un plazo de treinta días.

A raíz de este suceso diferentes actores han opinado a favor y en contra de la tan cuestionada disposición. Muchas de las opiniones en contra son de personas vinculadas a la Iglesia católica, las cuales toman como argumento principal que esta pastilla causaría un microaborto y; por lo tanto, atentaría contra el derecho a la vida. En el lado opuesto, se encuentran aquellos que consideran que dado que esta pastilla impide la ovulación, no existe aborto alguno. Aquí se encuentran casi todos los miembros del Gabinete Ministerial y el presidente, Pedro Pablo Kuczynski; además de diferentes médicos y representantes de organismos no gubernamentales.

No obstante, en caso de que no hayan apelaciones o estas no sean capaces de revertir la medida dictada por el Juez —y finalmente, pueda ser implementada—, esta solución representaría solo uno de los aspectos del problema, cuando debe ser parte de un gran plan de prevención sexual. Esta medida está dirigida casi al cien por ciento a personas que no tienen recursos económicos. Una persona que tiene dinero puede ir a cualquier farmacia y comprar el AOE u optar por otro método anticonceptivo.

Por ello, si, efectivamente se comienza a entregar estos productos de manera gratuita y no se acompaña esta medida con algún otro tipo de política pública, en nuestra opinión, no se va a reducir la tasa de embarazos no deseados o de abortos clandestinos. Para lograrlo resultan necesarias otras medidas, como un plan integrado de educación sexual y planificación familiar en los colegios a nivel nacional. Si las personas no saben para qué sirve ni cómo se usa, lo más probable es que no la consuman ni la tengan en cuenta como una alternativa. Además, debe ir de la mano de una mejor calidad en la atención médica, con énfasis en las zonas rurales.

Asimismo, sería ideal promover el desarrollo de actividades que busquen empoderar a las mujeres jóvenes, para que así ellas sean capaces de tomar una decisión sabiendo que existe una posibilidad de superación y de salir de la pobreza, optando por algo más que un embarazo y un conviviente/esposo, siendo aún tan jóvenes. Por otra parte, según estadísticas del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, entre los años 2000 y 2010, primera década de este siglo, el 78% de las víctimas de violación sexual fueron menores de edad, lo cual es alarmante. Por ello, con el uso del AOE se estaría ofreciendo una opción para tratar a las mujeres y niñas víctimas de una violación y así evitar embarazos no deseados.

Finalmente, para poder lograr los resultados esperados es necesaria la acción conjunta de los personas que toman las decisiones en el país. Sería ideal que este sea también uno de los principales temas a abordar durante el actual Gobierno, ya que las personas que tienen acceso a otras alternativas de desarrollo pueden generar, a largo plazo, una mejor calidad de capital humano.

Ximena Retamozo Ponce