La pareja presidencial y la prensa independiente

Sobre la injustificada acusación contra los periodistas de Panorama

No es un hecho intrascendente que el gobierno de la pareja presidencial, a través de la procuraduría del ministerio de Defensa, denuncie por el delito de traición a la patria a un grupo de periodistas independientes (liderados por Rosana Cueva), por revelar lo que serían presuntas irregularidades en la lucha antisubversiva. No hace falta ser suspicaz para ver que aquí existe una venganza montada por el poder político —la pareja presidencial— contra este grupo de periodistas que no solo hicieron de forma correcta esta investigación, sino que han sido una constante piedra en el zapato para un régimen que, por fortuna, ya se extingue.

Vayamos al grano. La principal fortaleza de la diligente procuradora del Ministerio de Defensa y del ministro Jakke Valakivi es que el reportaje de Panorama develó la estrategia de inteligencia que las fuerzas militares habían construido durante años en el VRAEM para la lucha contra los remanentes narcoterroristas. El ministro ha reiterado que el reportaje presentó los nombres y alias de los supuestos colaboradores y agentes dobles que las Fuerzas Armadas utilizan para la guerra antisubversiva. No obstante, pareciera que el ministro no vio el reportaje, ya que semejante argumento se cae con facilidad. Pero vamos a recordarle al saliente ministro que ¡ninguno de los presentados en la investigación periodística es agentes ni estuvo en la zona en conflicto! ¿Cómo el reportaje podría descubrir el nombre de un colaborador de inteligencia cuando este nunca desempeñó tal función? Sin embargo, el reportaje SÍ revela que el Ejército peruano hizo varios pagos por servicios a personas que nunca fueron colaboradores de inteligencia. ¿Cómo se llama eso?

Desde el punto de vista legal el supuesto delito por traición a la patria (nada menos) cometido por los periodistas referidos simplemente no existe. Pero aquí no acaba la cosa. Para entender la denuncia debemos observar algunos detalles significativos. Resulta que Rosana Cueva y su equipo de investigación, desde mucho tiempo atrás, son la prensa que incomoda a Palacio de gobierno con sus reportajes. No se puede explicar tamaña desproporción en la denuncia del Ministerio de Defensa sin advertir que Panorama fue el programa que reveló el caso de las agendas de la primera dama, Nadine Heredia; y reveló la injerencia de Heredia para dar “luz verde” al premier Cateriano. Y ahora el mismo programa dominical está detrás de las presuntas irregularidades que se habrían cometido para otorgar la construcción del Gaseoducto Sur Andino a la empresa Odebrecht.

De otro lado, es loable que buena parte de la prensa y periodistas hayan cerrado filas contra lo que sería un abuso del poder político sobre la libertad de prensa. Sin embargo, no han sido todos. Algunos periodistas/abogados, que durante toda la gestión humalista han sido acérrimos defensores palaciegos, han tratado de encontrar indicios de culpabilidad en los periodistas de Panorama. Algunos por vergüenza se han quedado callados. Esperemos que nuestro premio Nobel, Mario Vargas Llosa, periodista que cubre los detalles de la relación árabe-israelí, se pronuncie sobre el despropósito cometido por la gestión humalista.

Iván Arenas