La obligación de debatir

Crítica a la decisión de Luis Castañeda de optar por el silencio

Así como el voto en el Perú debería ser libre y facultativo ningún candidato debería tener la libertad de decidir si debate o no pues ello sí debería ser una obligación.

Podemos discutir el formato, la oportunidad y demás elementos accesorios al contraste de planes e ideas, pero nadie debería estar eximido de confrontar su oferta a los electores con las de los otros candidatos.

Respeto al señor Castañeda Lossio, es más, es muy probable que vuelva a conducir los destinos de la ciudad de Lima, pero es absolutamente inaceptable que porque su entorno o él mismo consideren inadecuado o inoportuno (electoralmente hablando) pronunciarse acerca de su plan de gestión municipal para el período 2015-2018, quienes aún estamos evaluando nuestra decisión para el próximo 5 de octubre (menos de dos meses para sufragar), aun no tengamos una sola idea o propuesta de Solidaridad Nacional acerca de temas cruciales.

¿Cuáles son estos?, por ejemplo, el reordenamiento del tránsito vehicular, las actuales y futuras concesiones de vías, el comercio mayorista, el comercio ambulatorio en el centro de Lima, la concertación de esfuerzos para mejorar la seguridad ciudadana en todos los distritos de la ciudad, etc, etc.

¿Qué piensa el ex alcalde, por ejemplo, sobre las concesiones que ha entregado la señora Villarán?.¿Respetará los contratos que esta administración ha suscrito?. ¿Los inversionistas tienen asegurado el compromiso que la comuna ha firmado para los siguientes años? ¿O por el contrario los acuerdos serán modificados?. Si es así, ¿en qué términos y por qué?

Claro, se podría pensar que habría que ser muy ingenuo para que en plena campaña los candidatos (y Castañeda entre ellos) sean explícitos al detalle y asuman compromisos que luego (como siempre sucede) son abiertamente incumplidos. Asumo que salvo Enrique Cornejo (que probablemente sea la opción mejor dotada técnicamente dentro de las existentes, pero con muy escasas posibilidades de triunfo) ninguno de los competidores se animará a anunciar cambios o la continuidad absoluta respecto de lo poco de gestión que exhibe Susana Villarán.

Pero resulta una falta de respeto total que quien se anuncia como cuasi seguro ganador de la contienda no haya señalado ni un ápice respecto a decisiones fundamentales de la actual administración, hoy en proceso de ejecución, o incluso respecto a las graves de denuncias de malos manejos e ineficiencias mostradas en el actual período.

El señor Castañeda debe entender que así como él y sus colaboradores defienden su mudez como un atributo y un valor, millones de votantes tenemos el derecho a escuchar lo que piensa hacer o no hacer en la ciudad en torno a lo que va encontrar en marcha, y también en relación a sus propias metas y propósitos.

Quizá para la gran mayoría de sus adherentes su sola figura y la remembranza de las obras y el cemento que dejó en sus dos períodos sea suficiente. Pero para muchos otros, me cuento entre ellos, ello resulta absolutamente insuficiente.

Así que don Lucho, con todo respeto y cordialidad, abra la boca, plantee sus propuestas y confronte sus planes con quienes si están dispuestos a hacerlo.

Por Mario Saldaña @msaldanac