Elizabeth Zea Marquina

“La lucha de ellas”

“La lucha de ellas”
Elizabeth Zea Marquina
25 de noviembre del 2016

En pleno siglo XXI seguimos luchando contra un sistema androcéntrico que se niega a dar un paso atrás. Seguimos soñando en que el redactado artículo primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es verdad, que “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, que NO por ser mujer, debemos ser maltratadas, humilladas o ignoradas. No somos débiles, ni vulnerables. Somos mujeres.

En 1996, el Perú ratificó la Convención Interamericana para Prevenir Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer.  En razón a aquella hoy en día contamos con medidas importantes como el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y un catálogo de leyes que están dirigidas a garantizarnos una vivir libre de violencia cumpliendo así de las obligaciones internacionales contraídas por el Estado Peruano,

Pero,¿qué significa garantizar a las mujeres una vida libre de violencia? Quiere decir que el Estado debe dirigir todas sus acciones políticas y jurídicas a erradicar estereotipos, prejuicios y patrones de conducta que puedan significar discriminación y que nos coloque en situación de inferioridad o subordinación. Es decir, que no exista más una mujer quemada y descuartizada porque decidió no continuar la relación, una madre que no tiene para dar de comer a sus hijos porque el padre por celos, nunca la dejó trabajar, y hoy el no cumple con sus obligaciones alimenticias, que no exista una adolescente llena de vida, violada y asesinada por sus explotadores sexuales, que nunca más una mujer deba ser arrastrada por los cabellos en televisión nacional para hacer una marcha que despierte a la sociedad y al Estado. Porque el miedo se acabó. Porque “VIVAS NOS QUEREMOS”.

Debo recordar que a las autoridades del Estado peruano que el 06 de noviembre se cumplió un año de la publicación de la Ley N° 30364 que tiene entre sus objetivos prevenir la violencia contra la mujer. Si bien es cierto hay avances importantes se deben implementar medidas que apunten a la educación y formación integral de los niños en valores de respeto e igualdad. Porque las leyes penales no intervienen en la crianza de los niños y niñas, no te quitan lo machista, ni te forjan la autoestima. Es preciso recordarle al señor Presidente de la República que esta es una labor que compromete a todo el Estado, que por más leyes que se produzcan en favor de las mujeres, no tendrán eficacia alguna si no son reglamentadas, si no se implementan con presupuesto suficiente. Y que además el Poder Judicial, Policía Nacional y Ministerio Público deben procurar el derecho al acceso a la justicia, una justicia eficaz oportuna y sensible, que evite revictimizarnos.

Todavía queda mucho por hacer, y en esta lucha hay mujeres valientes que han trazado el camino y muchas que hoy en día trabajan, cada una de sus espacios, por lograr un verdadero cambio y que con su lucha personal hacen la diferencia. Gracias mamá Angélica, por ser un ejemplo de amor de madre y buscar incesantemente a tu hijo muerto en manos de los terroristas, a Arlette por atreverte a desenmascarar un sistema judicial prejuicioso y machista, a Karina por no callar los abusos laborales de empresas poderosas; a Yolanda por su gran labor con la educación emocional desde el CTAI; a María Elena por hacerle frente a la persecución política por proteger a tu hija, a Higidia luchadora social activa de Villa María del Triunfo, a Rosario por hacerle frente al acoso político desde su natal Arequipa; a Jeannette abogada feminista de trayectoria incansable; gracias a todas esas mujeres que no se rinden, que se caen y se levantan todos los días, por sus hijos, por su familia, por ellas mismas. Y gracias también a todos los que las apoyan, que las alientan a no desfallecer.

Elizabeth Zea Marquina
25 de noviembre del 2016

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